Cada vez el planeta es más inestable y no importa lo avanzada que sea nuestra tecnología, es incontrolable, estamos a merced de las fuerzas de la naturaleza. El año pasado vimos cómo entró en erupción uno de los volcanes más peligrosos de Chile y cómo Nepal sufría uno de los peores terremotos en 80 años. Este año no ha sido menos, Ecuador y sus países colindantes también han sido víctimas de este desastre natural.

Los números no engañan y está claro que en los últimos años la naturaleza ha sacudido al planeta más veces que en el siglo XX. A estos desastres naturales, se unen el evidente cambio climático (siete meses seguidos de récord de temperatura) o los riesgos nucleares, que el ser humano subestima o no predice su impacto de manera correcta.

Expertos del Global Priorities Project ha realizado un informe las catástrofes que están por llegar. El calentamiento global encabeza la lista de posibles catástrofes, teniendo en cuenta que a finales del siglo XXI la temperatura podría aumentar hasta 6 grados. Las consecuencias: pérdida de medios de vida y recursos, interrupción de cadenas alimenticias, rachas de climas extremos...

En el siguiente lugar los expertos advierten del riesgo de pandemia natural, como una mutación fuerte de la gripe aviar H5N1. El National Risk Register del Reino Unido afirma que hay entre el 5% y el 50% de posibilidades de que una pandemia mate al 1% de la población británica en los próximos años.

En tercer lugar, los "riesgos emergentes”, donde entra el avance biotecnológico, con la capacidad de modificar o fabricar genes para crear patógenos letales, como la resurrección de una cepa de la viruela de la cual ya no nos vacunamos desde hace casi medio siglo.

En las últimas posiciones están los riesgos improbables, como la erupción de un supervolcán (la última vez fue hace 26.000 años en Nueva Zelanda) y el impacto contra la Tierra de un asteroide o cometa de tamaño considerable.