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Desarrollo científico

Una segunda piel sana y protectora

Científicos estadounidenses desarrollan un polímero transparente que se adhiere a la epidermis reduciendo las arrugas y que podría proteger de la radiación ultravioleta

Margarita Nóvoa | Sociedad de Cirugía Plástica de Galicia : "Aunque su efecto es limitado en el tiempo, es un producto esperanzador"

A medida que la piel envejece, pierde firmeza y elasticidad, un proceso natural que pueden acelerar factores como el tabaco, el sol y la contaminación, y cuyo signo más visible son las arrugas. Científicos del Instituto de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Harvard han desarrollado una piel artificial que se aplica sobre la epidermis y que hace que las arrugas desaparezcan, dando un aspecto mucho más joven. La revista especializada "Nature Materials" publica este novedoso hallazgo, que va más allá del ámbito meramente estético, ya que sus autores aseguran que una vez mejorada, puede emplearse como protector de la radiación solar y para tratar enfermedades dérmicas, como eczema y otros tipos de dermatitis, e incluso para reparar quemaduras. Además, esta segunda piel podría servir para suministrar fármacos localmente, según los investigadores.

Se trata de un polímero biomimético de siloxano (polímero XPL), de aplicación tópica, que forma una capa elástica e invisible sobre la piel y que imita las propiedades naturales de este órgano en cuanto a flexibilidad, distensibilidad, elasticidad, suavidad, adherencia e hidratación. Además no interfiere con el funcionamiento normal de epidermis y aparentemente simula el aspecto de una piel sana y saludable.

En cuanto a su aplicación en enfermedades cutáneas como los eczemas, los investigadores evaluaron la capacidad de este polímero para atenuar la pérdida de agua transepidérmica. En un estudio, realizado a 22 pacientes con sequedad cutánea moderada y severa, el polímero XPL demostró que actúa como una barrera protegiendo a la piel de una pérdida excesiva de agua.

"Ello puede contribuir a reducir la deshidratación y descamación que se observan habitualmente en pacientes que padecen distintos tipos de eczemas, sin embargo para extraer conclusiones definitivas sería necesario estudiar su comportamiento, seguridad y tolerancia en pacientes con enfermedad inflamatoria activa de distinta gravedad", explica la dermatóloga viguesa Lidia Comba Pérez.

Para conseguir esta nueva piel, primero se aplican los componentes de polisiloxano sobre la epidermis y después un catalizador de platino, que es que hace que el polímero forme una película reticulada, capaz de permanecer en la piel durante 24 horas. Ambos productos se aplican en forma de crema y una vez extendidos se hacen invisibles, una segunda piel rejuvenecida que podría actuar como barrera de larga duración frente a los temidos rayos ultravioleta una vez mejorada.

Como una segunda piel

Según el estudio que publica la revista "Nature Materials", este polímero tiene propiedades elásticas muy similares a las de la piel. "En pruebas de laboratorio, volvió fácilmente a su estado original después de ser estirado más de un 250% (la piel natural se puede estirar aproximadamente un 180%)" explica Robert Langer, profesor del MIT y uno de los autores del trabajo. Además, la elasticidad de XPL es mejor que la que presentan otros dos tipos de apósitos avanzados para heridas que se utilizan en la actualidad, hechos de gel de silicona y láminas de poliuretano.

"Realmente parece un producto enormemente esperanzador como complementario para los distintos tratamientos estéticos, pero desgraciadamente todavía se trata de un polímero de efecto limitado en el tiempo", afirma Margarita Nóvoa, presidenta de la Sociedad Gallega de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SGCPRE) y vocal de Sanidad de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora (SECPRE).

La especialista gallega recuerda que los tratamientos antiarrugas suponen un alto porcentaje de la demanda de procedimientos estéticos, un campo en el que este producto se presenta como una gran baza. "Supone un gran avance en el terreno cosmético ya que a diferencia de otros biofilms o apósitos existentes, parece que consigue mimetizarse perfectamente con la mecánica y propiedades de una piel sana", señala.

Nóvoa también valora que el polímero XPL pueda permitir la aplicación de medicamentos específicos para distintas afecciones cutáneas. "Este sentido puede tener un gran potencial. Sin embargo hay que ser cautos, al menos de momento, en cuanto a sus aplicaciones en cirugía reconstructiva, concretamente como substituto cutáneo en los pacientes quemados", explica.

En el caso de los pacientes quemados, la cirujana asegura que su propia piel, obtenida de las distintas zonas sanas, continúa siendo la que les permite restaurar definitivamente la integridad de la piel quemada. "Si bien es cierto que hoy día en aquellos pacientes que no tienen suficientes zonas sanas, la ingeniería biológica nos permite crear una piel autologa bioactiva a partir de una pequeña biopsia de piel de tan solo dos centímetros. Se trata de una terapia avanzada que aunque ya existe desde hace algunos años, en la actualidad puede obtenerse una piel de mayor calidad y en menor tiempo", matiza.

La dermatóloga viguesa Lidia Comba Pérez también opina que el material desarrollado por los investigadores del MIT es muy prometedor. "El desarrollo de este polímero supone un primer paso de gran relevancia que abre importantes vías de investigación para el desarrollo de mejores cosméticos y productos para proteger, restaurar y mejorar la función barrera de la piel. Además, puede permitir atenuar o resolver problemas dermatológicos de muy diversa naturaleza", explica.

Para esta especialista, las posibles posibilidades de este polímero, además, podría resultar de gran interés y utilidad ya no solo en dermatología, sino también en otras disciplinas médicas. "Pueden desarrollarse como films de protección contra la radiación ultravioleta, como correctores de color en diversas patologías cutáneas como las malformaciones vasculares, como vehículos para la administración transcutánea de activos farmacológicos o como agentes para el cuidado de heridas cutáneas quirúrgicas, traumáticas o de otra naturaleza", asegura.

Además, añade que en dermatología cosmética podrían emplearse para mejorar el aspecto global de áreas de piel deteriorada, con líneas de expresión o alteraciones de la pigmentación, o para administrar distintos principios activos.

Un aliado en la lucha contra el melanoma

  • El polímero biomimético de siloxano (polímero XPL) desarrollado por científicos del Instituto de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Harvard se presenta como un importante aliado contra el cáncer de piel, ya que podría emplearse también como una barrera protectora frente a la radiación ultravioleta. Al menos así lo ven sus artífices y también la dermatóloga Lidia Comba Pérez, especialista en melanoma."Las investigaciones realizadas con este polímero constituyen el primer paso para el desarrollo de futuros polímeros similares que puedan proporcionar protección duradera contra la radiación ultravioleta, que es el principal agente carcinogénico para el desarrollo de los tipos más frecuentes de cáncer de piel", recuerda la especialista. La doctora Pérez asegura que disponer de un dispositivo médico de aplicación tópica que preservase las propiedades y el funcionamiento normales de una piel sana, que mejorase su aspecto exterior y que además proporcionase una protección elevada, estable y duradera contra la radiación ultravioleta podría contribuir sustancialmente a mejorar la prevención del cáncer de piel y a facilitar el cumplimiento de las medidas de fotoprotección por parte de los pacientes.Sin embargo, matiza que aún habrá que esperar a que estudios más amplios corroboren los resultados tan prometedores presentados hasta la fecha. "Para evaluar el comportamiento in vivo y los beneficios globales de este y otros polímeros similares que se desarrollarán en el futuro, sería conveniente testarlos en diversos contextos dermatológicos y en enfermedades cutáneas de naturaleza variada", asegura.

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