Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Director gerente del Museo Thyssen

Evelio Acevedo: "España no ha sido agradecida con Carmen Cervera"

"La baronesa convenció a su marido de que más importante que el dinero era que la pinacoteca con su nombre pasara a la historia"

Momento de la entrevista al director gerente del Thyssen en Madrid . // Luis Medina

España no ha sabido agradecer la "generosidad y renuncias" de Tita Cervera para que el Museo Thyssen esté en Madrid, lamenta sin disimulo Jesús Acevedo (Ciudad Real, 1953), director gerente desde hace cuatro años de la pinacoteca que avala con esta queja las advertencias de su jefa, la baronesa, harta del "maltrato y persecución" que denuncia sentir por parte del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y que la ha llevado a amenazar con sacar del país su colección privada. Bregado en el mundo de las finanzas, Acevedo se entrega ahora no sin dificultades tras haber perdido con la crisis cuantiosas subvenciones a cuadrar los números para que la colección que recompuso con mucho trabajo y muchísimo dinero el barón Thyssen pueda celebrar por todo lo alto el próximo año su 25 aniversario. Pocos se dan cuenta, subraya, que fue Tita Cervera la que convenció a su marido de que más importante que el dinero era que la colección pasara a la historia sin perder el nombre de la familia. Ella renunció a cambio a la herencia de su esposo, España ganó la mejor colección privada de pintura del mundo, insiste al referirse a un patrimonio artístico que pertenece ahora a todos los españoles y que abarca ocho siglos de la historia de la civilización occidental. Para el verano, el museo ya tiene programada una completa exposición de la obra de Caravaggio y de otros artistas centroeuropeos en los que influyó el precursor de la pintura del Barroco.

-Señor Acevedo, en 2017 año se cumplen 25 años de la inauguración del Museo Thyssen, ¿qué balance hace de la pinacoteca?

-Llevo tan solo cuatro años en la gerencia de este museo, pero la conclusión que se puede sacar es que es un proyecto totalmente consolidado. El Thyssen-Bornemisza es el segundo museo de Madrid que más satisface a los visitantes, según el ránking de Tripadvisor, por detrás del Prado y se encuentra entre las mejores pinacotecas del mundo. Ahora lo que tenemos que hacer es adaptarnos al futuro para dar a los visitantes lo que esperan. La colección de arte de este museo abarca ocho siglos de la historia de la civilización occidental que se tiene que dar a conocer y ofrecer a las nuevas generaciones como un legado de valores, principios e identidad.

-¿Cómo piensan celebrar el 25 aniversario del museo?

-Aparte del programa de exposiciones propio de la actividad cultural, estamos inmersos en proyectos emblemáticos como el de hacer completamente accesible el museo y potenciar su papel educador pensando más en la integración social de personas con dificultades. Estamos desarrollando también un plan estratégico para fortalecer a la institución y que sea más eficiente y autosuficiente.

-¿Cómo fue 2015 desde el punto de vista económico y de visitas?

-El año pasado fue muy duro pero terminó dentro de los parámetros que nos habíamos marcado. Tuvimos casi un millón de visitantes y cerramos con un déficit en tesorería de un millón y medio de euros. El museo, como casi todas las instituciones culturales, es deficitario y por eso contamos siempre con un déficit de entre cinco y siete millones de euros.

-¿Qué representa el Thyssen para Madrid y para España?

-El Thyssen está reconocido mundialmente como una de las grandes instituciones dedicada a la pintura. En su momento fue la mejor colección privada de pintura del mundo. Hoy es una colección pública que depende del Ministerio de Cultura y para Madrid y el conjunto de España es un complemento que cubre el espacio que ni El Prado ni el Reina Sofía ofrecen. El Thyssen es además una potentísima herramienta económica porque atrae a miles de visitantes que se dejan su dinero en Madrid y en otras ciudades de España.

-Por cierto. ¿Qué le debe España a Tita Cervera?

-Que esta gran colección del barón Thyssen esté en este país. Se trata de una colección que fue muy deseada por otros gobiernos e instituciones que ofrecían cantidades más generosas que España por ella. La baronesa hizo ver a su esposo que más que una apuesta económica, lo que ella defendía era una apuesta por la universalidad de una colección que pasará a la historia con el nombre de Thyssen-Bornemisza. El padre del barón había permitido que toda la colección se dispersase y fue el esposo de Carmen Cervera, Heini, el que la recompuso. Fue un proyecto de vida que pasará a la posteridad. Si esta colección hubiese quedado en manos de otros gobiernos o instituciones, quizás hubiese perdido ese nombre.

-¿Ha sabido reconocer este mérito España a la señora Cervera?

-España no ha sido muy generosa con Carmen Cervera. No ha sido nada agradecida. Echo en falta un gesto de reconocimiento por lo que ella fue capaz de hacer.

-¿Es verdad que Tita Cervera tuvo que renunciar a la herencia de su marido para que la colección del barón Thyssen viniera a España?

-Sí. El hecho de que esta colección esté en España no es solo fruto de la influencia que tenía Carmen Cervera sobre su marido. Es además gracias a la generosidad y renuncias de la propia baronesa.

-¿Qué sintió usted cuando la baronesa Thyssen sacó a subasta el cuadro "La esclusa" de John Constable porque necesitaba dinero?

-Lo mismo que ella: mucha pena y tristeza por tener que desprenderse de una obra de su colección privada. Las obras de este museo son propiedad de los españoles, pero es que además, la baronesa nos tiene cedidos 200 cuadros de su colección privada de forma gratuita. Ella, como buena coleccionista que es, no estaba nada contenta cuando tuvo que vender esa pintura pero dejó claro que le hacía falta liquidez.

-¿Debería incorporarse la colección privada de Cervera al museo Thyssen?

-Eso sería ideal para el museo, pero lamentablemente, no creo que el Estado pudiese permitirse ahora comprar esa colección.

-¿Cómo le ha cambiado su vida al pasar de trabajar para la banca a un museo de arte?

-Me ha cambiado mucho porque por primera vez trabajo es un sitio al que la gente viene a disfrutar y no a resolver problemas. He pasado además del sector privado al público y estoy aprendiendo mucho de arte. En ningún momento me he arrepentido de haber dado este paso y menos ahora que el sector financiero se ha hecho tan poco apetecible.

-¿Cuál ha sido la exposición más exitosa del museo en sus 24 años de existencia?

-La de Hooper en 2012 que además, viví con mucha ilusión, y la de Antonio López, un año antes. Más de 300.000 personas visitaron cada una de estas exposiciones.

-Cuénteme por favor cómo fue la muestra de Edward Hooper, uno de sus artistas favoritos y que estaba en el Thyssen cuando usted llegó a la gerencia.

-Pues imagínese. Tuve la suerte de vivir desde el principio esta exposición y de ver cómo se montaba. La exposición de Van Gogh fue también todo un éxito y la antológica de El Greco con sus obras de Creta hasta sus últimos trabajos.

-Y ahora preparan una de Caravaggio, ¿verdad?

-Sí, para el verano. Se trata de un pintor muy difícil por la poca producción existente. Cuesta que te dejen sus obras, pero estamos preparando una exposición muy completa junto con obras de artistas centroeuropeos en los que influyó decisivamente. Tenemos también programada otra muestra de Renoir y otra de joyas de Bulgari.

-¿Cómo afecta la crisis al Thyssen?

-La crisis supuso un shock muy fuerte para el museo que trabaja a dos y tres años vista. Teníamos muchos programas en cocina cuando de repente se cortaron los recursos económicos.

-¿Qué hicieron entonces?

-Una revisión completa del modelo de gestión del museo con un plan de racionalización de gastos severísimo y una revisión de los planes expositivos, algunos de los cuales tuvimos que aparcar.

-¿Qué supuso la desaparición de Caja Madrid, que aportaba un millón de euros por exposición temporal?

-Aportaba hasta tres millones de euros anuales y fue muy duro para el museo perder esta ayuda. Ante una situación como esta solo queda revisar las tarifas, aumentar el número de visitantes y ser más eficientes. Tuvimos que ingeniárnoslas para generar más ingresos y buscar patrocinadores que ayudasen o nos hiciesen gratis, por ejemplo, nuestro plan tecnológico del museo virtual. Estamos orgullosos de que ahora, el 75 por ciento de la gestión sea propia del museo. El 25 por ciento lo pone el Estado.

-Y subieron el precio de la entrada?

-Sí. Ahora hay una entrada única de 12 euros que permite visitar todo el museo.

-¿Qué han hecho para aumentar el número de visitantes?

-Eso siempre depende del atractivo del proyecto expositivo. Munch, por ejemplo, tuvo mucho éxito pero hay otros artistas, como Dufy, que no cuajan por ser menos conocido. Lo cierto es que como museo público estamos obligados a mostrar la obra también de esos artistas menos conocidos en España. Estamos además trabajando con los turoperadores para incrementar las visitas de extranjeros con itinerarios especiales y exclusivas. Buscamos ese segmento de visitantes que van detrás del lujo y por esa razón que nos hemos incorporado al Círculo Fortuny de marcas españolas de lujo.

-¿De dónde procede principalmente el público del museo?

-El 53 por ciento son extranjeros y el resto españoles. Nos visitan, sobre todo, estadounidenses y franceses

-¿Cómo funciona la experiencia de abrir gratis los lunes de 12 a 16 horas?

-Fantásticamente bien. Lo llevamos haciendo desde 2013 y es muy gratificante ver las colas que se forman y que bordean el edificio para entrar en el museo. Pueden llegar a pasar a las salas hasta 5.000 personas en esas cuatro horas.

-¿Qué presupuesto tiene el museo?

-El presupuesto de gasto es de 20 millones de euros.

-¿Ha quedado plenamente zanjada la reclamación del cuadro "Calle St. Honore por la tarde. Efecto de lluvia" del impresionista Pissarro, que pertenece a la colección desde 1922 y que era reclamado por una familia judía robada por los nazis?

-No sabemos si los demandantes recurrirán la última sentencia de la Corte norteamericana que reconoce que esa obra es propiedad del museo. Partimos de una situación triste e injusta, pero no hay que olvidar que el Gobierno alemán ya compensó a esa familia por el cuadro. El Barón lo adquirió en una subasta de arte pública y abierta en Nueva York tras haber pasado la obra 30 años dando vueltas por Estados Unidos en colecciones de judíos. No es el caso de "La dama de oro" de Klimt.

-Pero ese pleito le ha costado al museo 1,5 millones de euros sin que los reclamantes hayan corrido con las costas, ¿no?

-Exacto. Hemos gastado en la defensa más de un millón y medio de euros y el pago de las costas no se contempla en el sistema judicial norteamericano, lo cual me parece muy injusto. Ese cuadro es propiedad del museo y nos ha costado un dineral sin compensaciones el demostrarlo.

Compartir el artículo

stats