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Juan Antonio Gómez-Pintado: "Es inconcebible que aún se hagan viviendas que a corto plazo quedarán obsoletas"

"El modelo a seguir por el sector inmobiliario es el del automóvil, que con eficiencia fabrica productos con más equipamientos sin subir el precio"

Juan Antonio Gómez-Pintado. // Miki López

Juan Antonio Gómez-Pintado vendió la promotora familiar Agofer por 220 millones de euros cuando el mercado de la vivienda en España ya daba síntomas de agotamiento. De inmediato fundó Via Célere para buscar alternativas en mercados emergentes como el de Brasil. Con ella regresó a España en 2010 y ha contribuido a la aceleración de la actividad inmobiliaria. Desde hace un año preside la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE).

-¿Con la crisis ha cambiado el perfil del promotor?

-La caída de actividad del sector en la crisis fue del 95%, no hay otro con esa tasa. Son momentos complejos, pero también apasionantes en el sentido de que tenemos la oportunidad de tomar la decisión de hacia dónde queremos llevar nuestro sector. Quedar en el pasado me parece un error, hay mucho que cambiar, y estamos justo en el momento de tomar esas decisiones.

-¿Cuáles?

-Se debe avanzar en innovación, en procesos industrializados y en eficiencia energética. No concibo que a tres años de la obligatoriedad de las calificaciones máximas en eficiencia aún se hagan viviendas con calificación energética "C", que a corto plazo estarán obsoletas porque son como las de hace 40 años. Hay que identificar las necesidades de la sociedad y desarrollar el sector inmobiliario, ya sea en compraventa, en regeneración, que lo prefiero a la rehabilitación, o en alquiler.

-¿No es lo mismo regeneración que rehabilitación?

-La administración subvenciona rehabilitaciones, pero tenemos infravivienda de los años 60 que por mucho que rehabilites van a continuar siendo infraviviendas. ¿No es más lógico pensar que allí donde sea posible se regeneren barrios como se ha hecho en Londres con los Docklands o en Bilbao con el entorno de la ría? Allí donde hay demanda de la sociedad civil, donde los partidos y administraciones ponen el foco y la iniciativa privada participa, se están llevando a cabo proyectos de regeneración muy interesantes. Esa es la vía.

-Citaba el caso de viviendas nuevas que ya están casi obsoletas. ¿No mejora la oferta?

-Hay empresas que han tomado la bandera de la regeneración, de la eficiencia energética y de la innovación, y hay empresas que piensan que ahora que hay reactivación hay que seguir haciendo lo mismo y eso es un error. Las gráficas de innovación y competitividad del sector de la industria y del sector inmobiliario son totalmente distintas. La primera sube y la nuestra está plana. Eso se produce porque se ha premiado que nuestro sector sea cortoplacista y especulativo.

-¿Se volverán a alcanzar en España los niveles de construcción de antes de la crisis?

-No, no los volveremos a ver. Principalmente porque España pierde habitantes y aún hay un sector de población que no ha tomado la decisión de comprar. Ahora se venden pisos a la gente del baby boom, que decidió comprar hace 15 años y al crecer la familia decide reponer la vivienda. Sin embargo, nuestra gran apuesta deben ser las dos generaciones futuras, los millennials -los jóvenes entre 18 y 33 años- y la Generación Z, nacidos en este siglo. Ahí el sector tiene que hacer un trabajo arduo de comprensión para adaptarse a ellos.

-¿Por qué?

-Ellos piensan distinto, son mucho más tecnológicos, más concienciados con lo que acontece en el mundo y con el medio ambiente y tienen una sensibilidad diferente respecto de lo que es tenencia de vivienda o, por ejemplo, tenencia de una cuenta en un banco. Además son las primeras generaciones que nacieron con redes sociales y la forma de relacionarse es totalmente diferente.

-¿Y cómo se van a adaptar a ellos?

-Tenemos que avanzar mucho incluso a nivel jurídico. Para un millennial, el compartir vivienda es lo más normal del mundo y lo estamos viendo en Inglaterra. Es una opción más a la hora de comprar vivienda y nosotros no tenemos un sistema jurídico preparado para ello.

-¿Volverá el negocio de invertir en suelo sin urbanizar?

-No y tenemos que luchar para que eso no exista. El boom inmobiliario del pasado se debió más a la especulación con el suelo que con la vivienda. Se hacía más negocio y eso no es deseable porque el suelo es nuestra materia prima. En Madrid o Barcelona el precio del suelo representa el 50% de la inversión y si a ello le añadimos una carga impositiva del 25%, nos queda otro 25% para desarrollar el proceso productivo y no puede ser. Los impuestos no se van a reducir con la situación actual, donde hay que pelear es para que la gestión del suelo sea más efectiva.

-¿Se mantendrá el actual repunte de precios en la vivienda?

-Ese repunte está siendo muy moderado y creo que tenderá a estabilizarse. No es deseable que el precio suba más allá del IPC. Yo cambié de coche el año pasado y como me gustaba el modelo que tenía, pues volví a comprar el mismo. Tecnológicamente no se parecen en nada, el nuevo es muchísimo más avanzado, pero lo más sorprendente es que me costó menos que hace 12 años. Ese es el concepto que tenemos que aplicar al sector inmobiliario, hay que ganar en eficiencia en nuestros procesos y ser capaces de ganar en competitividad, poder mantener precios, o incluso bajarlos, y tener un producto con mucho más equipamiento. Mi modelo es el sector del automóvil. Nosotros hemos innovado en materiales, pero no en procesos y ahí hay que poner el foco.

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