La avispa asiática está invadiendo a un ritmo de unos 50 kilómetros al año la zona norte del país, una voraz especie que captura entre 25 y 50 abejas diarias y cuya presencia se ha detectado también en las Baleares, La Rioja y Castilla y León.

La especie invasora genera importantes perjuicios al sector apícola, dado que acaba con las colmenas en poco tiempo; daña la biodiversidad y crea alarma social porque muchos de los nidos están en entornos urbanos.

En España, la presencia de este insecto se confirmó por primera vez en 2010 y, pese a los miles de nidos inactivados desde entonces, persiste la dificultad de su control, coinciden en afirmar a EFE científicos de los centros de investigación CREAF de Cataluña y Neiker-Tecnalia del País Vasco, dos de las regiones más afectados por la plaga.

En los últimos cuatro años se han destruido 6.500 nidos en Euskadi. El área más afectada es Guipúzcoa, pero en 2015 hubo "una gran expansión en Vizcaya donde se retiraron 2.180 nidos", indican Ana García y Jesús Félix Barandika, del Instituto Vasco de Investigación Neiker-Tecnalia.

Los nidos grandes pueden alcanzar un metro de alto y 0,80 metros de diámetro, pueden tener hasta 15.000 celdillas y entre cinco y seis capas de celulosa en la parte exterior.

De momento, la avispa asiática ha sido localizada en Galicia, La Rioja, Asturias, Castilla y León, las Baleares, Cataluña, País Vasco y Cantabria y su expansión sigue "la pauta esperada, porque está muy condicionada por un clima relativamente suave y lluvioso", explica Joan Pino, científico del Creaf.

Pino ha desarrollado un modelo de predicción de este himenóptero para conocer cómo se expande, que ha demostrado una alta fiabilidad y en el que, a veces, aparecen "puntos discordantes", porque también es importante la cifra de "dispersadores" (reinas fundadoras).

En opinión del experto del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de Cataluña (Creaf), la avispa asiática es un claro ejemplo de qué ocurre cuando el problema no se ha atacado "muy al principio".

Por otro lado, parece que hay un mejor establecimiento de la avispa en la zona norte, y de hecho, en este área, la invasión avanza a un ritmo de unos 50 kilómetros por año, subrayan García y Barandika.

Los tres investigadores coinciden en la extrema dificultad de controlar la plaga debido a que no existen "atrayentes específicos".

Actualmente, afirman García y Barandika, la lucha se desarrolla básicamente en los colmenares, ya que las abejas son una parte importante de la dieta de la avispa asiática.

Cualquiera de los métodos utilizados intentan minimizar los daños y mantener el número de avispas bajo para que las abejas sigan trabajando con normalidad, pero "está siendo difícil de conseguir".

En general, se hacen trampeos en primavera para capturar reinas (lo que evita el desarrollo de los nidos que comienzan a crecer en esa época), y cuando la intensidad de ataque en los colmenares es alta (agosto y septiembre) se realizan trampeos de obreras.

Los adultos se alimentan de néctar y frutas maduras, mientras que las crías comen preferentemente abejas melíferas y otros insectos.

Una sola de ellas puede capturar entre 25 y 50 abejas al día y de ahí la amenaza que representa para los apicultores.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha denunciado esta semana el grave riesgo que representa para las más de dos millones de colmenas españolas.

"Es una especie invasora -afirma- que acaba con gran parte de la colmena en poco tiempo, mermando su productividad en apenas una campaña". La producción media de miel en España se sitúa en 32.100 toneladas.

De momento, la abeja local Apis mellifera no tiene desarrollados mecanismos de defensa como la abeja asiática Apis cerana, ya que estas se agrupan formando una bola de abejas rodeando la avispa, generando una temperatura interna en torno a 45 grados, que ocasiona su muerte.

Con el paso del tiempo "es probable que nuestra abeja también desarrolle un mecanismo similar", pero de momento lo que hacen las abejas de colmenas atacadas por la avispa es no salir, añaden los dos investigadores de Neiker-Tecnalia.

No existe una estimación económica de los daños producidos, pero la avispa asiática tiene "un alto componente social, por la alarma que genera en la población la presencia de muchos nidos en los entornos urbanos".

Aunque no tiene un comportamiento agresivo hacia las personas, se han dado casos de picaduras.

Los principales enemigos naturales de la Vespa velutina, el nombre científico de la avispa asiática, son las aves y mamíferos silvestres, como el abejaruco, el halcón abejero y el tejón.