El 31% de los padres y madres que tienen una discapacidad no pueden participar en actividades cotidianas del colegio de sus hijos, ya sean reuniones, tutorías o festivales porque los centros escolares no están adaptados y mantienen tanto barreras arquitectónicas insuperables para quienes tienen movilidad reducida como formatos de comunicación ininteligibles para personas con la vista o el oído limitados. Sienten que se les "cierran las puertas" a la educación de sus hijos.