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Las conferencias de Club FARO

David G. Jara: "Las bacterias abren puertas para la futura vacuna contra el cáncer"

El bioquímico desmontó la mala fama de estos microorganismos reivindicando su labor en la cura de enfermedades, en la eliminación de nuestra basura y en la protección de cultivos

La profesora Teresa Pérez Nieto y David G. Jara, ayer, en el Club FARO. // Marta G. Brea

A pesar de la mala fama que les preceden, las bacterias sirven también para detectar y curar enfermedades, para combatir por ejemplo el virus del dengue y hasta para batallar contra el cáncer. Así lo explicó ayer el bioquímico David G. Jara en la conferencia-coloquio que ofreció en el Club FARO.

Presentado por la profesora titular de la Universidade de Vigo, Teresa Pérez Nieto, el autor de "Bacterias, bichos y otros amigos" (Ariel) explicó de una forma muy divulgativa y llena de humor la importante labor que los microbios, bacterias, levaduras, protozoos y virus tienen en nuestra vida diaria.

Utilizando el símil de un juicio, Jara fue desmontando, uno a uno, los cuatro "cargos" más habituales que se utilizan para "imputar" a los microbios. En primer lugar, el bioquímico definió los distintos tipos de microbios que existen: las bacterias, "que son el origen de la vida", las levaduras y protozoos, "que son organismos unicelulares, aunque más evolucionados que las primeras", y los virus. "De todos ellos habla mal la gente porque se asocian a la suciedad, a las enfermedades, a que echan a perder los alimentos y también los cultivos; todo eso es cierto, pero no podemos olvidar que, además, tienen otras misiones muy necesarias para nosotros", destacó el ponente.

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Así, Jara explicó que aunque los microbios están en la suciedad "también ayudan a eliminar nuestros propios desperdicios, como ocurre en las plantas depuradoras, en las que las bacterias son las encargadas de descomponer los deshechos que están en el agua". Del mismo modo, recordó cómo hay un tipo de bacteria, la alcanivorax, que sirve para tratar contaminaciones por petróleo en el mar. Incluso mencionó una bacteria descubierta recientemente, la Idionella sakiensis, "capaz de devorar los plásticos que tardarían miles de años en desaparecer".

Respecto a la producción de enfermedades, el experto admite que las bacterias "han matado y seguirán matando personas, como actualmente hace el virus del VIH, el ébola o la malaria, provocada por un protozoo que mata a unas 3.000 personas cada día". Pero aún así, Jara destacó que los microbios "también salvan vidas". Enumeró algunas de las aplicaciones más habituales en el terreno médico como es en la llamada prueba del talón que se realiza a los bebés. "Gracias a una bacteria, la bacillus subtilis, esta prueba es capaz de detectar la fenilcetonuria, una enfermedad que ocasiona daño cerebral en solo 72 horas, cuando con soluciones químicas se tardaba hace años tres meses". También explicó que se utilizan bacterias para obtener la hormona del crecimiento y para la fabricación de muchísimos antibióticos. Pero, sobre todo, el bioquímico destacó el "importante papel que las bacterias pueden jugar en el futuro en la lucha contra el cáncer".

Entre otras, habló de la Lysteria monocytogenes, una peligrosa bacteria patógena que produce una grave enfermedad: la listeriosis. "Pero resulta que este microorganismo se desarrolla dentro de las células a las que parasita y además tiene facilidad para activar el sistema inmune del individuo; por ello se postula como principal candidata para lo que podrían ser las futuras vacunas con las que tratar el cáncer", afirmó.

Del mismo modo, apunta Jara en su libro, recientes estudios han demostrado la utilidad que presentan las toxinas fabricadas por las bacterias patógenas del tétanos y la difteria en la activación de la respuesta defensiva contra las células cancerosas de un glioblastoma, el más maligno de los tumores cerebrales.

También, indicó, los científicos aspiran a poder usar bacterias depredadoras como la Bdellovibrio bacteriovorus para cazar y eliminar a otras bacterias que, al volverse invulnerables a los antibióticos, amenazan nuestra salud.

"Una de las novedosas vías que se valora utilizar consiste en liberar bacterias depredadoras que persigan, localicen y eliminen a los peligrosos microbios resistentes a lo antibióticos, pero hay mucho camino por andar y uno de los principales problemas está en determinar si estas bacterias se van a limitar a cazar a los microorganismos patógenos o si también atacarán a las células sanas del enfermo".

El tercer "cargo" contra las bacterias, que echan a perder los alimentos, lo revocó Jara recordando que "también las levaduras nos proporcionan muchos alimentos como la cerveza o el pan y también el conocido lactobacillus transforma la lactosa en ácido láctico".

Por último, respecto a la destrucción de cultivos, el experto admitió que existen una serie de hongos especialmente perjudiciales en el campo pero también recordó que "hay microbios como el BT (Bacillus thurigiensis) que es capaz de proteger a los cultivos fabricando toxinas que solo afectan a los invertebrados, como los insectos".

"Son capaces de dar luz y hasta de construir casas en las dunas"

  • En su papel de "defensor del diablo", el bioquímico David G. Jara destacó en su conferencia algunas nuevas aplicaciones que se están estudiando con las bacterias. Entre ellas destacó las bacterias bioluminiscentes, "con las que los científicos ya han conseguido encender una bombilla, de momento solo un breve espacio de tiempo, pero suponen una nueva puerta para el futuro".Otra curiosa aplicación de la que habló Jara es, gracias a la bacteria, S. pasteurii, el logro de una sustancia que une los granos de arena y los convierte en arenisca, "lo que permitiría solidificar parte de la superficie de las dunas y luchar contra la desertificación". Incluso relató la idea del arquitecto Magnus Larsson, que ha ideado un tipo de viviendas bajo las dunas endureciendo el terreno mediante esta bacteria.Recordó también el docente que hay bacterias que fabrican celulosa y hasta cartílago artificial, por no olvidar el botox "una toxina que fabrica una bacteria y que, además de embellecernos, se aplica en el tratamiento de migrañas y en el exceso de sudoración, entre otras cosas".También el bioquímico resaltó la labor de las bacterias como "portadoras a domicilio", "capaces de transportar por ejemplo la medicación directamente a las células cancerígenas, lo que evitaría destruir células sanas".En su libro, el experto relata algunas vinculaciones de los microbios con la historia y se hace eco de un estudio en el que se analizaron los dientes de una treintena de cadáveres de soldados del Gran Ejército de Napoleón. Mediante diferente pruebas se encontraron dos bacterias patógenas, Rickettsia prowazekii y la Bartonella quintana que contribuyeron a la derrota de los hombres de Napoleón.

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