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Los últimos de Idomeni

El fotoperiodista vigués Juan Teixeira retrata la angustia de los refugiados sirios en la frontera cerrada con Macedonia

Población agolpada en el campo de Idomeni. // Fotos: Juan Teixeira

Están entre los últimos; los que más aguantaron los desastres de la guerra en Siria con la esperanza de poder vivir en su país. Ellas son también las que más tarde salieron con sus hijos del brazo de ciudades destruidas en las que no ven futuro, después de más de cinco años de contienda. No podían más. Esos últimos refugiados sirios se han encontrado con el cierre de la denominada 'ruta de los Balcanes', que ha dejado a más de 40.000 personas atrapadas en Grecia. Allí siguen llegando inmigrantes. Unos 12.000 se encuentran en Idomeni, en la frontera con Macedonia. La terrible realidad se impone, testaruda, sobre los acuerdos de la UE.

En Idomeni ha vivido durante la pasada semana el fotógrafo freelance vigués Juan Teixeira. Su estancia en el campamento de refugiados ha coincidido con la intentona de cruzar atravesando el río, en un impulso desesperado hacia la última salida. "Mires a donde mires, hay una situación conflictiva: un niño que llora, alguien buscando qué comer en la basura?", asegura Teixeira. Algunos de los que ahora habitan sobre el barro en Idomeni conocieron los ilusionantes relatos de compatriotas que, meses atrás, lograron llegar a Alemania. Tras semanas bajo la lluvia en la frontera, empiezan a desesperanzarse. "Psicológicamente también es durísimo para ellos. Vienen exhaustos, con hambre? y al ver que no podrán llegar a su destino, se vienen abajo", relata el vigués.

El día que Teixeira partía de Idomeni, dos hombres se intentaron quemar a lo bonzo. Desde Kiev, donde el fotoperiodista prepara su próximo reportaje, relata parte de lo visto y sentido. "Desde el primer minuto que llegas, ves la magnitud de la situación. Aunque sea más llamativo que dos refugiados se prendan fuego, la crisis allí está instalada 24 horas. Lo más grave es que la gente no tiene acceso a sanidad, ni a comida o agua. No pueden taparse de la lluvia o el frío. Deberían de llamar la atención las condiciones de vida en sí y mostrarse para que los gobiernos lo paren; no debería de consentirse", alega.

"Aún hay gente llegando de las islas griegas o Atenas y otros que se van al plan de recolocación", asegura sobre la situación actual. Tras el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, los refugiados de Idomeni solo pueden esperar que su situación empeore. La frontera con Macedonia sigue cerrada y dependen para su día a día de las ONG. Hombres y mujeres deambulan sin nada que hacer por la grava de la pequeña carretera que atraviesa lo que antes eran solamente tierras de labranza o por el barro, por fin seco estos últimos días.

Según Teixeira, desde que se conoció la resolución no se han registrado más actos de rebelión o protesta. "Creo que la gente está cansada ya? tan desilusionada. No tienen mucha información ni acceso a internet", asegura el freelance, que se lamenta de que el gobierno en funciones de España contribuyese a aprobar un acuerdo "ilegal" (porque vulnera multitud de tratados internacionales), "inmoral y antiético", además de que cree que no va a solucionar nada.

Los niños son uno de los puntos más débiles y conflictivos de esta situación. Constituyen el 40% de la población migrante y refugiada en Grecia, según Unicef -que calcula que un 10% son menores no acompañados- y advierte que el nuevo acuerdo podría empujar a familias y niños a tomar otras rutas más peligrosas aún, incluyendo el mar Mediterráneo. También llamaba a la necesidad de vacunación.

Y precisamente, en ellos se centra el objetivo de Teixeira. No es difícil encontrarlos por el campo, como ajenos a la dramática escena. "Ellos no tuvieron ocasión de vivir otra vida, realmente la situación de los niños es la que más rabia me da", indica el fotógrafo vigués.

La situación, ¿recuerda tanto como se compara con la segunda guerra mundial? "El ministro de Interior griego lo comparó con un campo de la segunda guerra mundial en una visita que realizó el otro día. La frontera está totalmente vallada y, aunque hay que salvar muchísimas distancias, podría existir un paralelismo", explica el fotoperiodista gallego. Recientemente, médicos alertaron de una patología del pie debida a la humedad prolongada en los zapatos, que no veían desde la segunda gran guerra y que ahora registraban los refugiados en Idomeni. Juan Teixeira también lamenta que el gobierno griego prácticamente en bancarrota trabaje casi sin ayudas en esta crisis humanitaria.

En las últimas semanas las protestas de refugiados y migrantes se han multiplicado, no solo en Idomeni, donde ya comenzaron los desaojos, sino también en el puerto del Pireo, donde cerca de 5.000 personas se agolpan en los pabellones habilitados como centros de acogida y en tiendas de campaña. ¿Qué cree que pasará a partir de ahora? "Creo que para verano habrá una crisis aún más grande porque no paran de llegar más botes con gente y la ruta europea está totalmente cerrada. En virtud del Tratao, se está tratando a estas personas peor que ganado", valora Teixeira. "Aún sabiendo que no van a entrar por Idomeni, siguen llegando y aseguran que no se van a mover hasta que abran la frontera", reflexiona. "Consideran que Turquía no es seguro para muchos (por ejemplo, de origen kurdo). Así que los que no van con niños a su cargo, probablemente intentarán la entrada por rutas mucho más peligrosas como Albania", augura el vigués.

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