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A la caza de un clon del albariño

Bodegas de Australia, Nueva Zelanda y EEUU piden al CSIC clones de la variedad de albariño

Vendimia del albariño en Vilagarcía // Iñaki Abella

El auge del albariño en medio mundo ha animado a muchas bodegas y cosecheros extranjeros a demandar la plantación de esta vid en sus terrenos y coordenadas, incluso más allá del gran charco atlántico. "La verdad es que tenemos muchísimas solicitudes de plantas de albariño procedentes de fuera de Galicia. Nos llegan solicitudes de clones desde Australia, Estados Unidos (especialmente California) y Nueva Zelanda", explica María del Carmen Martínez, responsable del área de Viticultura de la Misión Biológica de Pontevedra, bajo el amparo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

No obstante, la migración del albariño al extranjero no tiene de momento luz verde completa. Actualmente, la Misión Biológica está comercializando plantas de cinco clones de albariño. Dos de ellas solo pueden ser adquiridas exclusivamente por viticultores adscritos a la Denominación de Orixe Rías Baixas. Una vez pasen unos años, esos esquejes podrán comercializarse fuera de la Denominación en Galicia. Posteriormente, se abrirá al resto de España y, finalmente, al mundo.

Ventaja a los lugareños

"Nosotros, y fue una condición que planteamos los investigadores, queríamos que los viticultores de Rías Baixas -a través de un convenio entre la DO y la Xunta- tuvieran un cierto periodo de exclusividad y un precio especial. Queríamos darles un margen de ventaja. Esas plantas centenarias que nosotros tenemos y analizamos en la Misión Biológica se conservaron gracias a generaciones de viticultores de la zona. Era algo que se lo debíamos a la zona y a la Denominación de Orixe", añade Martínez.

Además de los cinco clones de albariño, la Misión Biológica vende también clones de dos variedades asturianas: verdejo negro y albarín blanco. El próximo paso consistirá en ampliar la venta de clones de plantas gallegas. El camino ya ha sido iniciado.

Más variedades antiguas

"En los próximos años, van a salir a la venta distintos clones de variedades gallegas antiguas. Será en un par de años. Está en proceso de certificación. Ahora mismo, tenemos clones de 15 variedades diferentes y antiguas de Galicia que nos parecen interesantes como el ratiño, blanco legítimo, castañal y algunos clones de godello y treixadura. Según los datos que hemos ido recogiendo, hemos visto que podrían tener interés para el sector vitivinícola, para que las bodegas compitan en calidad, desarrollen vinos diferentes y originales. El mayor objetivo es que, cada vez, la viticultura sea más rentable y respetuosa con el medio ambiente", añade la investigadora del CSIC.

El proceso de certificación dura cuatro años y el mismo consiste en un sello que indica que la planta está sana, libre de determinados virus, atendiendo a los establecido por la normativa europea. Ese sello lo facilita un centro oficial que se encuentra en Murcia y que tarda cuatro años en analizar y dar el visto bueno o no. De momento, ya han transcurrido dos años.

La Misión Biológica dispone de un ciento de vides antiguas de Galicia y Asturias. Todas están reunidas en una misma parcela donde son sometidas a estudios y analíticas. De éstas, consiguen clones, de las que consideran que están en mejor condición y que pueden ofrecer mejores vinos.

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