Una rica selección de la obra de José Suárez, autor que "fue buscando Quijotes y solo encontró Sancho Panzas", lucirá esta primavera en la sede central del Instituto Cervantes de Madrid, donde se exhibirá hasta septiembre. Las fotografías del cosmopolita fotógrafo gallego José Suárez (Allariz, 1902-A Guarda, 1974) se mostrarán este verano en el corazón de Madrid. El autor de la ya icónica imagen del "Niño javiota" y la serie "Mariñeiros", realizada en parte en O Morrazo, se expondrá en el Instituto Cervantes donde estará de 31 de mayo al 18 de septiembre.
Hasta el domingo 27 de marzo, las instantáneas seguirán expuestas en el Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura en Santiago, donde la exposición ha registrado una muy buena acogida, tanto de la crítica como del público -con cerca de 15.000 visitantes, según fuentes de la institución-.
Entre el material que viajará a Madrid destacan fotografías de la serie "La Mancha", realizada en 1965 y que muestra el interés que el fotógrafo gallego sintió por la obra de Cervantes, resultado de confrontar su mirada con los paisajes eternizados por la pluma cervantina. Suárez publicó un libro sobre La Mancha basado en una serie fotográfica en blanco y negro realizada en los años sesenta que ha sido muy valorada. Antes, en 1932 publicó un libro titulado "50 fotos de Salamanca" con prólogo de su amigo Miguel de Unamuno, a quien también retrataría.
La exposición abrirá en primavera en la sede del Instituto en el corazón de Madrid, en plena calle de Alcalá. Precisamente el urbanista pontevedrés Antonio Palacios fue uno de los arquitectos responsables del diseño y construcción de ese emblemático edificio de las Cariátides en que se ubica hoy el Instituto Cervantes -junto con Joaquín Otamendi y Manuel Cabanyes, responsable de la ampliación y reforma posterior- del inmueble.
La muestra de Suárez está comisariada por dos nombres de referencia en el estudio de la fotografía gallega, Xosé Luis Suárez Canal, descendiente y estudioso del autor, y Manuel Sendón y cuenta con el diseño del montaje a cargo del arquitecto vigués Alfonso Penela, centrado en potenciar la expresividad de las imágenes en blanco y negro de José Suárez.
Se trata de un trabajo detenido en el que analiza los espacios que rodean al hombre, destacando el contexto con el fin de que las personas no aparezcan individualizadas, sino como arquetipos de la clase social a la que pertenecen. Es un universo simbólico. Luego de Madrid, fuentes de la Cidade da Cultura estudian la itinerancia de la muestra, con destino en Buenos Aires y un país europeo.
