Los bosques autóctonos y maduros (de al menos 300 años de antigüedad) están en situación de emergencia en Galicia. Según coinciden los expertos, el 70% de la masa forestal son plantaciones, especialmente eucalipto, "que ecológicamente son como cultivos", destaca Alejandro Álvarez, presidente de la Asociación pola conservación do ecosistema forestal galego (ACEFGA).
Según describe el ingeniero, el inventario forestal nacional indica que el restante 30% serían especies autóctonas, "pero hay que tener en cuenta que ahí entran parques urbanos, bosques de muy pocos años, etc. y un bosque es algo más que eso; es un ecosistema con diferentes estratos, con una complejidad estructural. Siendo muy optimistas, de ese 30% tan solo un 1% son bosques maduros de este tipo", advierte Álvarez.
Ayer se celebró el Día Internacional de los Bosques y los expertos reivindican que se cree un inventario de las zonas verdes "al igual que tienen otras comunidades como Asturias", una herramienta que consideran esencial "para a partir de ahí poder ordenar el territorio y tomar decisiones para proteger las zonas más valiosas", apunta el presidente de ACEFGA.
La diversidad de los bosques gallegos es muy amplia. Los estudios más recientes destacan más de 90 tipos de bosque diferentes "aunque algunos ocupan unas superficies ínfimas, por eso es tan necesario protegerlos", advierte Álvarez. "En el momento actual, muchas carballeiras viejas, de enorme valor, no están en zonas protegidas y se permite la tala para aprovechamiento familiar, con lo que se está acabando con árboles de más de 300 años", añade Álvarez.
Abandono del medio rural
"Sobran árboles, faltan bosques". La afirmación de Óscar Rivas, presidente del Foro Estatal de Redes y entidades de Custodia del Territorio y de la Sociedad Gallega de Ornitología (SGO), podría parecer contraproducente, pero no lo es. Tal y como explica el responsable de ambas entidades, "la superficie forestal de Galicia ha aumentado bastante en las últimas décadas, especialmente por el abandono del medio rural y agrario, lo que ha propiciado que muchas tierras se reforesten, pero eso no significa que haya más superficie de bosques verdaderos", afirma el experto gallego.
La propagación del eucalipto es especialmente problemática en Galicia, donde esta variedad ya ocupa más de 300.000 hectáreas. "Su sustitución de la masa arbórea autóctona invadiendo incluso zonas agrarias abandonadas la ha convertido ya en la especie forestal con mayor implantación del territorio", explica. "La proliferación de esta especie supone un "drama ambiental, social y económico pero la sociedad ha interiorizado el problema y no le otorga la importancia que tiene", considera Rivas.
Y es que el eucalipto supone "un beneficio rápido, así como una alternativa al abandono de las tierras, especialmente en lo relativo a la producción agraria, desde hace cuatro decenios, lo que ha generado cambios socioambientales del mundo rural", añade.
"La expansión en las últimas décadas de estos árboles desde las zonas costeras hacia el interior se debe a la implantación de variedades como el 'eucalyptus nitens' que es capaz de resistir las heladas y el frío", precisa. Por ello, las plantaciones "suben en altitud hacia el interior y, debido a su gran potencial invasor, terminan por sustituir grandes masas de especies autóctonas y ocasionar un desastre ambiental, ya que pueden producir una depresión de la biodiversidad en los ecosistemas naturales del país".
Respetar las leyes forestales para favorecer la limitación de la extensión y expansión de ésta y otras especies invasoras, además de apostar por el sector primario, son algunas de las recomendaciones de este experto para mejorar la situación. La producción de alimentos de calidad y cercanía en un medio rural más controlado, supondría también la mejora de la calidad de vida a través del acceso a alimentos "más sanos y con menor huella ecológica".
Rivas coincide con la ACEFGA en que "en Galicia lo que más escasean son bosques maduros; se reforestaron algunas zonas del los Ancares y el Caurel, pero aún necesitan años para que maduren", describe.
Del mismo modo, insiste en la necesidad de "que se ordene el territorio y los usos forestales; hay un sector forestal que vive de las especies industriales, pero tiene que haber criterios de ordenación y sostenibilidad. Tenemos que reclamar esa valoración de los bosques y paisajes de Galicia y recordar que este camino del abandono rural no es el más idóneo para conservar nuestra identidad", concluye Rivas.
