A pocas horas de celebrarse el Día del Padre, se sirve el debate. ¿Consumismo o tradición? Como primer paso, hay que explicar que no todos los países lo celebran el mismo día. "No es tradición en ningún país", avisa el etnógrafo y antropólogo gallego Manuel Mandianes, quien aclara que, para serlo debería haber sido celebrado durante más de un siglo. Y no es así. De hecho, menos de diez países en el mundo -España, Italia, Portugal, Bolivia, Andorra, Honduras, un cantón suizo, Liechtenstein- conmemoran a sus padres el 19 de marzo. La gran mayoría lo hace el tercer domingo de junio por influencia norteamericana.
"Se trata de una fiesta nueva en la que la familia se junta para darle regalos al padre y a los abuelos. No hay más. Antes, se celebraba la festividad de San José, padre de Jesús. Esa fiesta religiosa sí se celebraba con misas. Pero después pasó a ser el Día de San José Obrero más ligado al trabajo. En los últimos años, con el laicismo de la sociedad, se ha perdido lo de San José que ha sido borrado y se ha quedado en el Día del Padre. Ya nadie se acuerda del pobre San José", comenta socarrón Mandianes.
La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en su página web, apunta que el origen de la fiesta se sitúa en Estados Unidos por obra y gracia de Sonora Smart, una mujer que decidió homenajear a su padre por haber cuidado a sus hijos con atención y devoción tras el fallecimiento de su esposa. Sonora propuso honrar a los padres el día en el que había nacido el suyo, William Jackson Smart, el 19 de junio. La idea le llegó atendiendo a un sermón en misa sobre el Día de la Madre. En su cabeza surgió: ¿Por qué no dedicarle también un día al padre? Su propuesta pronto recibió el apoyo de varios estamentos de la sociedad y el 19 de junio de 1910, su pueblo, Spokane, en Washington, inauguraba la festividad.
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Poco a poco, otros pueblos lo fueron copiando hasta que presidentes como Woodrow Wilson y Calvin Coolidge apoyaron la idea en las dos primeras décadas del pasado siglo. Pero, hubo que esperar a 1966 para que el presidente Lyndon Johnson firmara una proclamación aunque no se estableció de forma permanente cada tercer domingo de junio hasta que dio su rúbrica Richard Nixon en 1972.
La influencia norteamericana y la necesidad del comercio y la publicidad hicieron que el Día del Padre se fuese expandiendo. En Brasil, por ejemplo, empezaron en 1953 porque varias empresas de periódicos se juntaron para un concurso que buscaba homenajear a tres padres: el que tenía más hijos, el más joven y el más viejo. A partir de ahí, la sociedad brasileña hizo suya la celebración.
En países como España e Italia -además de Portugal, Bolivia, Andorra, Honduras y un cantón suizo-, se opta por el 19 de marzo, día de San José, más conectado con el cristianismo. Sin embargo, resulta curioso que otros países incluso más católicos como Irlanda o México prefieren mejor la fecha del tercer domingo de junio. En este grupo, también figuran Venezuela, Canadá, Francia o Argentina, entre otros muchos más.
En otros estados, la festividad no tiene nada que ver con estas fechas. Un ejemplo es el de Alemania que realmente hace coincidir el Día de la Ascensión -festivo- con el Día de los Padres. En su caso, los progenitores germanos disponen de toda una jornada para hacer lo que más les guste pero sin sus hijos. Normalmente, cogen carritos y los llenan de cerveza, snacks y salchichas para irse en grupos de excursión a vivir la fiesta y preparar una buena resaca. En algunas ocasiones y ciudades, el desmadre llega al punto de haber heridos en peleas.
Otro país donde se celebra el Día de los Padres sin coincidir con otro es Rusia. Aquí, los avatares de su historia se han entrelazado. Realmente, el 23 de febrero arrancó como celebración para honrar al Ejército Rojo desde 1918 pero en los últimos años -desde 2002- Putin decidió convertirlo en el Día de los Hombres.
Otro caso inusual es el de Dinamarca. Cada 5 de junio celebra el Día del Padre que hace coincidir con el Día de la Constitución. La elección de esa jornada en el sexto mes del año enlaza con la moda procedente de Estados Unidos. Solo que en lugar de ir cambiando cada año de número de día -tercer domingo de junio- los daneses optan por hacerlo fijo y tener dos efemérides en una.
