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Geólogos miden la radiactividad de la Cova do Rei Cintolo

El grupo de investigación Geocantábrica detecta el radón en cuevas para localizar fallas profundas y su actividad reciente

Bote que contiene un sensor de medición de radón.

Unos sistemas de detección del gas radón han sido instalados en cuevas del norte gallego para tratar de detectar fallas profundas -que llegan desde dos a quince kilómetros de profundidad-. El radiactivo gas radón se ha mostrado como un 'chivato' para identificar esas estructuras profundas con actividad reciente en la corteza terrestre. Por eso, el estudio que realiza este año el grupo de investigación Geocantábrica y que lidera el profesor Sergio Llana mide dicha radiactividad en cuevas gallegas como la Cova do Rei Cintolo en Mondoñedo.

El proyecto busca de una forma más amplia identificar desde Galicia a los Pirineos fallas que se hayan movido desde el periodo Cuaternario -hace menos de un millón de años- y así, en cierto modo, conocer más acerca del levantamiento de la cordillera cantábrica. Las cuevas analizadas podrían actuar de "trampas" naturales de radón.

Entre los investigadores involucrados del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo está el vigués Daniel Ballesteros. "El gas noble radón tiene una vida media muy corta (unos 4 días) así que si detectamos su presencia en superficie es que viene de una estructura profunda", argumenta. "El radón, que se genera por descomposición radioactiva a partir del uranio que hay en la corteza en profundidad -por ejemplo, granitos-, solo puede alcanzar la superficie terrestre a través de fallas profundas, que actúan de vías conductoras", añade. "El radón no podría ascender atravesando las rocas porque esta vía es más lenta y se desintegraría antes de alcanzar la superficie", añade Daniel Ballesteros.

Espeleólogos

Los detectores del gas estarán ubicados dos meses y luego de ese período se evaluará la radiactividad registrada en la atmósfera e incluso en el agua. Para medir el radón se cuenta con la colaboración del Grupo de Radiología de la Universidad de Cantabria y ayuda del Concello de Mondoñedo, que firmó un convenio de colaboración para autorizar las mediciones en la Cova do Rei Cintolo. También, cuentan con la federación galega de espeleólogos y grupos espeológicos de Galicia, entre los que se incluye el GES Montañeiros Celtas de Vigo, al que también pertenece Daniel Ballesteros.

La financiación procede de la Consejería de Empleo, Industria y Turismo del Gobierno del Principado de Asturias y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional Feder. El grupo citado será el primero en utilizar esta técnica en cuevas.

La Cova del Rei Cintolo es, con sus más de 4,5 kilómetros de galerías e incluso un lago en su interior, la más grande de Galicia. Esta gruta de roca caliza, recibe visitas turísticas durante buena parte del año y forma parte de un sistema kárstico mayor que se extiende al sur hasta Abadín. El interés de esta cueva radica en que se encuentran cerca de fallas relacionadas con la falla de As Pontes, que transcurre desde esta localidad hasta las cercanías de Mondoñedo.

"Los sensores de radón incorporan una lámina que registra la radioactividad que desprende el radón y nos permitirá saber en que cuevas hay mucho radón y en una segunda fase, aún por ejecutar, se medirá de forma precisa el contenido en radón en el aire y agua de aquellas cuevas en las cuales se haya encontrado", comenta el investigador vigués.

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