La diputada gallega Carmen Iglesias comparó ayer la situación de algunas monjas de clausura en conventos de Galicia con la de las mujeres confinadas en clubes de prostitución y pidió una investigación, aunque una representante de la Xunta la invitó a aguardar una resolución judicial.

Iglesias, diputada del Grupo Mixto, aludió ante una comisión parlamentaria a la intervención de la Policía, bajo orden judicial, del pasado 26 de enero en el convento católico de las Madres Mercedarias de Santiago de Compostela, que liberó a tres mujeres originarias de la India de su enclaustramiento, después de una denuncia de otra compañera sobre las supuestas condiciones de reclusión de las mismas. Las condiciones en las que viven las monjas en conventos católicos en Galicia "son muy comprables a la situación de las mujeres secuestras en clubes de prostitución", dijo Iglesias, que pidió investigar el asunto que consideró un "secuestro" en condiciones de "esclavitud".

La directora general de Relaciones Institucionales y Parlamentarias de la Xunta, Blanca García-Señoráns, indicó que hay una investigación judicial abierta, opinó que "tanta dureza a lo mejor sobra" e invitó a esperar a una resolución para pronunciarse. "Usted da por probados unos hechos de manera un poco precipitada", dijo García-Señoráns a la diputada, y consideró que está "esparciendo la sombra de la sospecha a raíz de unos hechos cuyos términos aún no han sido aclarados".

La representante del Gobierno gallego afirmó que "ni es el momento ni el lugar adecuado para hacer juicios de valor" sobre ese asunto que "quiero creer que sea un hecho aislado", enfatizó, y aseguró que "la Xunta ni puede ni debe hacer una valoración de lo acontecido" hasta que se pronuncie la Justicia.

Por su parte, Iglesias afirmó que ese caso es "la punta del iceberg" de una situación derivada de la captación de mujeres en países en desarrollo por parte de católicas que "las traen en base a engaños" a España "para aumentar el número de religiosas" en conventos en los que "cada vez hay menos" monjas. La diputada explicó que ese asunto investigado por la Justicia surgió después de que una mujer originaria de la India recluida en el convento compostelano desde hace quince años explicase su vida a una pasajera en el avión que tomó meses atrás para visitar a su madre enferma en ese país asiático. La mujer relató que a los 6 años de edad su familia la ingresó en un convento en la India y a los 19 años ella decidió marchar a España esperando cursar estudios de Enfermería, pero se encontró al llegar en condiciones de privación de libertad. La compañera de avión le explicó que al haber residido todo ese tiempo en España tenía derecho a obtener un permiso de residencia sin necesidad de permanecer encerrada en el convento, por lo que ya no regresó a esa institución y marchó a trabajar a Madrid. Posteriormente, denunció ante un Juzgado las condiciones de vida en el convento.