"Buenas noches y saludos cordiales". Son las cinco palabras con las que José María García abría sus programas radiofónicos, al filo de la medianoche, durante tres décadas, y también el título de la primera biografía de este "periodista irrepetible", según su autor, el periodista y filósofo Vicente Ferrer Molina, subdirector de "El Español". Catorce años después de que abandonara las ondas, su biógrafo dijo ayer en Vigo que el legado de Supergarcía "se ha perdido en parte", dado que buena parte del periodismo deportido ha sustituido la denuncia por el entretenimiento, aunque su huella perdura: "Inventó una radio deportiva que antes no existía -dijo-. Y si se oye radio nocturna en España, algo que no ocurre en ningún otro país, es gracias a él. Además, inventó la Vuelta a España como fenómeno de masas".
Ferrer Molina (Valencia, 1964) no conocía a García antes de entrevistarle -en cinco ocasiones- para la elaboración de este libro, que el famoso locutor calificó como "biografía no autorizada, sino consentida". "Buenas noches y saludos cordiales" (Editorial Córner, Martínez Roca), que ya va por su cuarta edición, se aleja de la hagiografía y no elude los aspectos más oscuros y contradictorios de un personaje de filias y fobias, que siempre llevó a gala "no dejar indiferente a nadie". El presentador del acto, el periodista Víctor López -que sí conoció a García y trabajó a sus órdenes en Onda Cero-, recordó que García "era un Curro Romero de la información, capaz de lo mejor y de lo peor"; y que Ferrer Molina no ha sido "abrazafarolas" ni "lametraserillos" -utilizando el peculiar léxico del comunicador- al glosar su compleja y polémica figura.
Entrevistado ante el público del Auditorio Municipal do Areal, en Vigo, por Víctor López, Vicente Ferrer Molina contó que tuvo la idea del libro cuando, al abordar un reportaje sobre García en 2012, se dio cuenta de que apenas existía bibliografía en torno a él. Para su trabajo recabó declaraciones de un centenar de personas, tanto afines como críticas con José María García. "Es una biografía sin florituras, todo lo que se cuenta se sustenta en documentos o testimonios -explicó-. Pensé en titularla "García, a secas", ya que García es el apellido más frecuente en España, pero todo el mundo sabía de quién se hablaba cuando se mencionaba a García. Así de importante llegó a ser". Quien le inclinó a elegir el título final fue, curiosamente, el personaje conocido en la trama Gürtel como "El Bigotes", Álvaro Pérez, que fue técnico de García durante unos años.
La biografía de García es, como diría su amigo, el director José Luis Garci, "la banda sonora de una época" que empieza en los años 60 en Radio España y el mítico diario "Pueblo" y termina en 2002 en Onda Cero. En el medio, toda la Transición y el trabajo "del que se siente más orgulloso", según Ferrer Molina, su cobertura del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. "La foto de García subido a un coche narrando la salida de los diputados del Congreso es una de las imágenes de la Transición", apuntó.
García se considera un "comunicador" y un periodista, no un periodista deportivo. Quiso dejar de hacer deportes en 1982, tras el Mundial de España, pero su fichaje por la naciente Antena3 se lo impidió. Eso no quita su pasión por el fútbol: "Le hubiera gustado ser jugador, y a ser posible, del Real Madrid", dijo Ferrer.
Recordó Víctor López la campaña de García en la radio a favor de José Manuel Alvelo, el futbolista del Celta que quedó parapléjico como consecuencia de un accidente de tráfico (1988), y el homenaje que le organizó a Álvaro Pino en Ponteareas tras su victoria en la Vuelta. "El día que más trabajó en su vida fue el de la crisis de los avales -destacó Ferrer Molina-. Si el Celta no bajó a Segunda B esa temporada [era agosto de 1995] fue por él. Ningún club tenía las cuentas en regla y se buscó un escarmiento. García amenazó con publicar documentos del resto de clubes, incluidos Real Madrid y Barcelona, y se echaron atrás".
Para su biógrafo, que escuchó a García en su infancia y juventud, el balance es positivo en la trayectoria del que fue "el periodista más influyente e independiente"; una independencia basada en sus altos ingresos económicos, superiores incluso a los de cualquier futbolista o dirigente deportivo de entonces.
En la parte negativa, dice, "le perdió ser tan cruel con la competencia". "Si un personaje entraba en otra radio antes que la suya, le hacía cruz y raya. En una ocasión le pidió el teléfono de su casa a Butragueño y éste, con toda corrección, le respondió que solo se lo daba a sus amigos, y que él solo era un periodista. "¿Ah, sí?", le contestó García. "Pues desde ahora solo eres para mí un futbolista". Y le colgó".
