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Cambio de comportamiento a la hora de comunicarnos

El lado oscuro de la tecnología: adiós al arte de conversar

Psicólogos y sociólogos alertan de que cada vez nos comunicamos más a través del móvil y menos en persona

Dos jóvenes se toman un refresco en una cafetería de Vigo mientras cada una usa su móvil. // Adrián Irago

¿Está en crisis el arte de conversar? La pregunta se la hace cualquiera que se fije un poco a su alrededor y observe a la familia comiendo en un restaurante, cada uno enfrascado en su propio aparato moviendo los dedos a una velocidad de vértigo; al grupo de jóvenes sentados en el parque que pasan horas ensimismados con sus teléfonos y tan solo se dirigen unos a otros para mostrar algún contenido del smartphone. A las madre que ve todos los días a la profesora de su hija en la fila del colegio pero prefiere mandarle un correo electrónico para comentarle el problema de su niña; a los compañeros de trabajo que se felicitan el cumpleaños en Facebook cuando el homenajeado se sienta tan solo dos mesas delante; al padre que acompaña a sus hijos al parque pero se pasa el rato actualizando su Twitter y apenas dirige la palabra a los niños. A la pareja que solo se dice "te amo" a través de WhatsApp.

Psicólogos y sociólogos gallegos plantean cómo este definitivo cambio de comportamiento a la hora de comunicarnos tiene ventajas pero, por otra parte, también potenciales problemas que hay que saber gestionar. "Estamos enfrascados en una era en la que todos queremos ser públicos, buscamos un reconocimiento por parte de los demás, dejamos de estar y de vivir el presente, el aquí y ahora, por atender a personas que no están a nuestro lado", describe María Ferreiro, directora del Instituto de Tratamiento de la Conducta de Vigo.

La psicóloga se pregunta además qué ocurre con el lenguaje no verbal. "¿Lo transformamos en emoticonos?" "Más de la mitad de nuestro lenguaje lo realizamos con el cuerpo y no con la voz. Sin embargo, a la hora de comunicarnos no le atribuimos la importancia que realmente tiene. Si dejamos de lado el lenguaje no verbal en nuestra comunicación nos faltará la parte más convincente de nuestros argumentos", advierte.

La experta no duda al afirmar que las relaciones sociales también están cambiando. "Estamos continuamente conectados con muchas personas pero pasamos menos tiempos con nuestros familiares y amigos. Sabemos continuamente donde están nuestros hijos, aunque en casa apenas hablamos con ellos", apunta. "Incluso muchas personas se han convertido en trabajadores las 24 horas del día, aunque siguen pagándoles 8 y sólo 5 días de la semana", añade.

"El uso de las nuevas tecnologías es un hecho masivo y globalizado, para lo bueno y para lo malo y se han conseguido instalar en nuestro día a día de una forma asombrosamente rápida", explica por su parte el psicólogo Antonio Rial, profesor en la Universidade de Santiago (USC). "Esto ha provocado un cambio en la manera de relacionarnos, tanto entre amigos como con la familia y en las relaciones de pareja", describe el experto, que advierte que el uso de estas tecnologías nos hace perder habilidades sociales. "Mucha gente se escuda en la pantalla para iniciar una relación y también para finalizarla. Internet nació como una oportunidad para ofrecer un marco a las personas más introvertidas para relacionarse, pero actualmente se ha convertido en un canal casi exclusivo para todo tipo de personas", indica Rial.

El psicólogo advierte que la rapidísima instalación de estas nuevas tecnologías en nuestras vidas hace que en muchos casos "haya problemas para gestionarlos bien". De este modo, destaca el peligro de "convertirnos en esclavos del móvil", la llamada "opresión digital": "Parece que tenemos que estar disponibles las 24 horas y eso termina generando conflictos entre las personas", asegura.

Por su parte, el sociólogo Vicente González Radío, catedrático de la Universidade da Coruña (UDC), destaca el nuevo sentido que estas tecnologías dan a la configuración de la opinión pública, lo íntimo y lo privado. "Hay un nuevo poder de la Red que provoca un retroceso de las dimensiones de privacidad e intimidad", advierte, al tiempo que considera que "aunque la información actualmente es mucho mayor, eso no significa mayor conocimiento", advierte. "Estamos hacia una nueva dimensión de la individualidad en la que las relaciones humanas se banalizan y trivializan", concluye.

Consultamos el móvil unas 34 veces al día y el 55% de los españoles se siente inseguro sin él

  • Según los últimos estudios, consultamos el móvil una media de 34 veces al día y entre el 53 y el 66% de los españoles siente miedo o inseguridad si sale de casa sin su teléfono."Cuando nos quedamos sin móvil, acostumbrados a estar continuamente conectados a las nuevas tecnologías, nos sentimos perdidos. Podemos notar una sensación de ansiedad, de malestar y de obsesión por recuperarlo lo que, unido al miedo excesivo e irracional a estar sin smartphone es la 'Nomofobia'", explica María Ferreiro. "Ser incapaz de salir a la calle sin el teléfono móvil, no apagarlo durante la noche o consultarlo a menudo pese a estar reunido con amigos, en el cine o en el gimnasio son otros de los síntomas", añade la psicóloga.Las personas con dependencia de su móvil suelen confundir algunos ruidos con el timbre del móvil incluso en ocasiones "sienten" que vibra en su bolsillo y cuando lo revisan notan que no hay notificaciones nuevas. "A este fenómeno se le conoce como vibración fantasma (vibranxiety) y es más común de lo que podría pensarse, el 90% de las personas lo experimentan y el 10% lo "siente" a diario", asegura Ferreiro.Pese a que los adultos también se vuelven cada vez más dependientes del móvil, son los jóvenes los que tienen más probabilidad de sufrir las consecuencias, ya que pasan muchas horas conectados y desarrollan su identidad en las redes sociales.Antonio Rial es el coordinador del estudio "Mocidade on line", que realizó la USC junto al Valedor do Pobo para conocer los hábitos de uso de internet y las nuevas tecnologías de los alumnos de la ESO en Galicia. Entre sus resultados, Rial destacan el hecho de que el 71% de los adolescentes utiliza internet a diario y el 13,5% se conecta más de cinco horas al día. "Es un fenómeno global porque el 90,7% de los chavales de entre 12 y 18 años tiene móvil, uno de cada tres antes de los 11 años, y el 93% está registrado en alguna red social", apunta.Además, recuerda que el uso de estas tecnologías es una de las principales fuente de conflictos con los padres, el 24,2% por el uso del móvil.El psicólogo reflexiona sobre cómo las nuevas tecnologías han cambiado las formas de ocio de los jóvenes. "La tablet, los videojuegos y los móviles restan mucho tiempo de vida saludable a los adolescentes y los padres deberían de intervenir más y no obviar que se están educando con unos modelos de referencia muy perjudiciales", aconseja.

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