Las excavaciones en Castro Alobre han permitido recuperar otro objeto de interés arqueológico, en este caso una fíbula transmontana, un broche de los siglos III-II antes de Cristo, que se suma al reciente descubrimiento de un acus crinalis o adorno femenino para el peinado, de similar época.

Las dos piezas confirman la antigüedad de este asentamiento y demuestran la ocupación romana de uno de los asentamientos que se pueden considerar estratégicos por su proximidad al mar y, por tanto, origen y destino de un fuerte comercio marítimo. No es la primera vez que se desentierra uno de estos broches en el céntrico yacimiento vilagarciano pues cabe recordar que en una de las primeras excavaciones se halló una de mucho más valor, la etrusca fíbula de navicella, que se exhibió en los más prestigiosos museos del mundo. También en aquella excavación se halló un ara dedicada a Neptuno, dios de los Mares, y que se exhibe en el Museo de Pontevedra.

El broche localizado esta semana en Vilagarcía tiene un valor más testimonial ya que solo se encontró una parte, la que corresponde con el arco y el pie.