Un grupo de investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) descubrió que las hormonas del estrés incrementan la propagación del cáncer al afectar al sistema linfático, una red de vasos sanguíneos que transporta un líquido llamado linfa a través del cuerpo. Según un experimento en ratones publicado en la revista "Nature", hay pruebas que confirman que el estrés está asociado a un aumento de mortalidad en los pacientes de cáncer y a niveles avanzados de esta enfermedad en animales.