Ignacio Vilar ha firmado varios de los éxitos del cine gallego y en gallego de los últimos años: Pradolongo, Vilamor, A Esmorga. Desde el lunes, acaba de enrolarse con su equipo en el rodaje de su nueva película en la Costa da Morte, que llevará el nombre de Sicixia. En ella, cuenta una historia de amor y desamor en la Costa da Morte por parte de un foráneo que busca grabar los sonidos de la zona y una lugareña. Ayer, realizaba una pausa entre olas y ráfagas para dejar claro que su meta en cada filme "es que, por lo menos, llegue a los espectadores y emocione".
-¿Cómo está incidiendo el mal tiempo en la grabación?
-Desde el lunes a hoy, tuvimos todas las climatologías, desde sol a nubes y claros, así como temporal de lluvia. Precisamente, queríamos rodar esta parte del invierno, porque en un solo día puedes vivir las cuatro estaciones. Esa es una parte esencial de la Costa da Morte. Presenta una diversidad que me gusta mucho y que condiciona a las personas que viven aquí. Me interesa tomar esa esencia para la película que será un diálogo entre documental y ficción, con gente de la zona (Carballo, Muxía, Camariñas, Ézaro...) participando.
-El protagonista recibe un encargo de grabar los sonidos de la Costa da Morte.
-Sí, el sonido es fundamental al igual que el clima. Ayer, fuimos a la Furna da Buserana en Muxía, que tiene una leyenda hermosa que tiene que ver con esta historia. Cuando bate el viento, suena en la distancia. El clima también marca el sonido. Fuimos a la cueva marina (furna) con olas de cinco metros y al lado de unos acantilados. El rodaje allí fue difícil. Vi en las caras de los marineros que nos llevaron que estábamos en verdadero peligro pero logramos unas imágenes impresionantes.
- ¿Por qué eligió esa zona gallega como protagonista?
-Hace 25 años, recorrí esa costa a pie con mi compañera y lo que viví en aquellos diez días intensos me hizo pensar que algún día me gustaría contar una historia de lo que viví y sentí allí. Cogimos un temporal entre Cabo Vilán y Camelle, uno de los parajes más salvajes de Europa. Se veían olas de diez metros, se sentía el fuerte viento... Si lo vives, no lo olvidas.
- Entonces, la película Costa da Morte de Patiño no tuvo un efecto llamada para usted.
- Antes de rodar A Esmorga, ya estuve seis meses allí antes de que Patiño presentase su obra pero tuve que parar porque me metí con A Esmorga (que en breve, se proyectará en salas de cine de Polonia) que me llevó tres años. Vine muchas veces, hablaba con gente de aquí .
- ¿Realmente qué siente ahí?
- Este fin del mundo condiciona, es un lugar de transformación.
- Su anterior filme presentaba un ritmo lento, ¿será este nuevo proxecto de ritmo rápido?
- No, tendrá un ritmo lento. La gente aquí lleva un ritmo totalmente diferente a, por ejemplo, en Vigo. Llevo aquí un mes y lo noto. Aquí, las cosas van con mucha más calma. La gente se para a hablar. Y ese ritmo es el que quiero captar.
- A principios, de enero, me comentaba que no habrá cabida para la comedia en este filme pero sí para el drama.
- Sí, el drama siempre está presente y esta zona te invita a vivir intensamente. Es la historia de Olalla, que es de Fisterra y que interpreta Marta Lado (que es de Fisterra) y de Xiao (Monti Castiñeiras).
- ¿Qué destacaría de estos personajes?
- Monti, es buen actor. Para este personaje, era importante el físico. Da vida a Xiao que trabaja recogiendo sonidos. Tiene mucha cultura, mucho mundo, pero también por su profesión es introvertido. Está acostumbrado a escuchar y observar. Olalla es la síntesis de la Costa da Morte, que se expresa en ella, a través de su acento y su biografía. Ama mucho el lugar donde vive, a pesar de los condicionantes de una sociedad y una familia cerrada que influye en su vida personal.
- ¿Cuándo llegará a los cines?
- Rodaremos aquí hasta finales de marzo y, si todo va bien, estrenaremos el 21 de noviembre. Es una fecha mágica porque son dos semanas antes del Puente de la Constitución cuando va mucha gente al cine y si logras aguantar, encadenas con Navidad.
