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Nuestra historia está escrita en las muelas

Un estudio australiano concluye que el desarrollo de los dientes en los homínidos sigue un patrón más simple de lo que se creía - "La teoría del cambio de dieta pierde fuerza", destaca la paleoantropóloga gallega María Martinón

Alistair Evans, líder del estudio, examina homínidos. Debajo, reconstrucción del cráneo de Lucy. // David Hocking

A lo largo de la evolución el tamaño de los dientes ha ido decreciendo, incluso continúa en los humanos modernos, con dentadura más pequeña que sus antepasados, por ejemplo los australopitecus. Pero, ¿qué es lo que ha regulado y regula la dimensión de los dientes?: una "misma y simple" regla de desarrollo.

Los investigadores, liderados por Alistair Evans, de la Universidad Monash (Australia), han llamado a esta "elegante" regla "cascada inhibitoria", según la cual el tamaño de cada diente es regulado por la cantidad de moléculas activadoras e inhibidoras que proceden del diente que se desarrolla con anterioridad a éste. A mayor cantidad de inhibición por parte de un molar, los que se desarrollen después serán más pequeños, y viceversa.

Las conclusiones de este trabajo se publican esta semana en la revista Nature.

"Uno de los hallazgo más interesantes de este nuevo estudio es que el tamaño de los dientes, incluyendo los molares, en los humanos modernos y los homínidos fósiles se ajusta a las predicciones de una sola regla de desarrollo simple y elegante llamada 'cascada inhibitoria'", explica Gary Schwartz, coautor de este trabajo y paleoantropólogo en la Universidad Estatal de Arizona (EE UU).

En una nota de esa universidad, la investigadora Susanne Daly añade: bajo esta simple regla -anteriormente constatada en ratones- el tamaño de un molar es el que regula el desarrollo de sus vecinos, limitando así el tamaño de los dientes posteriormente en desarrollo.

Sin embargo, esto empieza con anterioridad: la regla general es que un molar que se desarrolla antes tiene una influencia sobre un molar que lo hace después. Como los molares de leche crecen antes que los permanentes, esto implica que los dientes de leche también tienen una influencia sobre el tamaño de los dientes permanentes.

Para llegar a estas conclusiones, se examinaron restos fósiles de piezas dentales de homínidos de los últimos 5 millones de años.

"Este estudio contradice teorías en las que se explicaba que la reducción del tamaño dental en la evolución humana se debía a un cambio en la dieta o a la preparación/cocina de los alimentos", explica la paleoantropóloga gallega María Martinón-Torres, responsable del Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).

"Nuestra especie, como la mayoría de las especies del género Homo, y en comparación con especies de homínidos anteriores, como los Australopithecus, tiende a tener dientes posteriores (molares) más pequeños, no solo en tamaño absoluto, sino en proporción, es decir, que el segundo molar (M2) es más pequeño que el primero (M1), y el tercero (M3) más pequeño que el segundo (M2), o sea: M1

Si bien la regla de "cascada inhibitoria" se cumple en los primeros homínidos y en los miembros del género Homo, los científicos sí establecen dos patrones distintos: uno para australopitecus y otro hace 2,8 millones de años, cuando se sitúa al género Homo.

Así, según este patrón, los primeros homínidos, conocidos colectivamente como astralopitecus -el mejor ejemplo es "Lucy", un miembro de la especie "Australopithecus afarensis"-, tenían dientes más grandes en general y el molar de mayor tamaño se situaba más cerca de la parte posterior de la boca (permanentemente el mayor era el segundo o tercer molar, llamada también muela de juicio).

Los resultados son relevantes más allá del estudio de los dientes fósiles, ya que estos dientes pueden ser útiles para identificar mecanismos que operan en otros sistemas formados por la repetición de elementos, como vértebras, costillas o dedos, señala Aída Gómez-Robles, de la Universidad George Washington, en un artículo de opinión también publicado en Nature.

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