La juez de Instrucción número 2 de Majadahonda (Madrid)envió a prisión incondicional sin fianza a los cuatro principales implicados en la red de fraude de la cadena de Vitaldent, entre ellos su propietario, Ernesto Colman, y el vicepresidente, Bartolomé Conde. La medida se tomó a instancias del fiscal anticorrupción después de que la juez haya tomado declaración a los principales responsables del fraude millonario destapado ayer por la Policía.

Diez de los trece detenidos anteayer por la Policía Nacional en la operación Topolino contra el blanqueo de capitales y delitos contra la Hacienda Pública, declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 2 de Majadahonda, después de que los otros tres fueran puestos en libertad por la Policía. El Ministerio Público había solicitado esta medida cautelar para Ernesto Colman; el vicepresidente de la compañía, Bartolomé Conte; Javier Artega y Nicolás Sisinni. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía Nacional desplegó este martes la operación ante la sospecha de que el propietario de la cadena especializada en salud dental estaba exigiendo a sus franquiciados que le pagasen el 10% de lo acordado en metálico. Los investigadores cifran el fraude en torno a los 10 millones de euros.

La cúpula de la cadena recibía cada año 17,2 millones de euros en "B" solamente de las 146 clínicas propias que tenía cadena, según consta en el auto de la magistrada.

La Policía se incautó de un avión, decenas de coches, informó Europa Press. Entre los detenidos en Madrid y en Torrevieja (Alicante), se encuentra también Vicente Samper, director comercial de Vitaldent desde 2005 hasta hace tan solo unas semanas y la persona encargada de la expansión de Vitaldent tanto en España como en Portugal, Italia o EE UU.

Según estas investigaciones, los arrestados formaban parte de un grupo organizado creado dentro de la estructura empresarial, diseñado para eludir el pago de impuestos a la Hacienda Pública, según la Policía. La Fiscalía, en un comunicado habla incluso de "organización criminal" dirigida por el dueño de Vitaldent, Ernesto Colman. El procedimiento que seguía la trama era desviar el dinero que recibían en metálico fuera de España, concretamente a Suiza y Luxemburgo. Luego ese dinero se reinvertía de nuevo en España. Se hacían con artículos de lujo, o creaban nuevos negocios, según los investigadores.

El abogado que defiende a los franquiciados de la clínica dental Vitaldent, Rafael Franco, ha asegurado que los contratos de franquicia con la empresa incluían cláusulas "verdaderamente salvajes". El 98 % de las cláusulas que incluían los contratos "eran penales" y obligaban, entre otras, a los franquiciados a adquirir material al franquiciador (Vitaldent) aunque existiesen marcas que ofrecieran un precio más bajo, según ha asegurado Franco en declaraciones a los medios a la salida del Juzgado de Majadahonda.

Según Franco, Vitaldent aplicaba "sobrecostes" a sus franquiciados "de manera continuada y sostenida en el tiempo". Asimismo, según el abogado, aplicaba "de una manera perversa el sistema informático en el que se introducían todos los datos, todas las informaciones y la facturación", ha señalado.

Actualmente se han personado en la causa cinco franquicias, por lo que el abogado de la parte demandante augura una instrucción "relativamente larga y compleja". Según ha indicado, "hace casi tres años" que los franquiciados afectados interpusieron las denuncias iniciales y, a su juicio, se ha llevado a cabo una investigación "dilatada" y con "detalle". En relación con la presunta "recogida de dinero B" en algunas de las clínicas, Franco ha diferenciado "los franquiciados de las clínicas propias". La presunta "recogida" de dinero se atribuye a las clínicas propias, ha especificado.

Por su parte, las veinte franquicias de Vitaldent en Galicia continuaron ayer con su normal actividad. "Se restablecieron los teléfonos y la base de datos, así que todo funciona con normalidad", aseguraron fuentes de las clínicas en Galicia, que insisten en que la operación no afecta ni a las agendas ni a los pacientes.