Milan Kundera, Vargas Llosa, Paul Auster, José Saramago, Julián Barnes, Henning Mankell, Haruki Murakami, Jostein Gaarder, Jöel Dicker, Almudena Grandes, Javier Marías, Carmen Martín Gaite... Son algunos de los grandes nombres de la literatura que incluyen, entre los galardones que atesoran, uno un poco más especial que los demás, o eso acostumbran a decir algunos de ellos cuando se les pregunta, ya que son los estudiantes de enseñanza media (antes solo de Galicia, ahora también del extranjero) quienes lo entregan: es el premio de narrativa Arcebispo San Clemente, patrocinado ahora por Abanca.

Las últimas incorporaciones a esa lista de escritores de prestigio son las del Colm Tóibín, Javier Cercas y Pedro Feijóo, galardonados en la XXI edición, pero en realidad viejos conocidos de la casa, ya que los tres repiten premio, como destacaba ayer en Santiago Pedro Feijóo antes de recibir el reconocimiento y tras haber sido sometido, bromeó, a un "tercer grado" por los estudiantes, con los que mantuvieron una reunión.

En un encuentro con la prensa al que no pudo asistir Cercas, Pedro Feijóo, ganador por "A memoria da choiva", aplaudió como "una alegría que en un país como este surjan premios literarios". Que sean los jóvenes quienes ejerzan de jurado supone, a su juicio, otro motivo de éxito: "Estoy convencido de que si el futuro va a venir por alguna parte desde luego no va a venir por la voz de los más viejos, ni mucho menos por esas voces que siempre están diciendo lo que se puede hacer o lo que no se puede hacer en literatura gallega", señaló. Que todos esa gente joven "tenga la generosidad de compartir ese futuro con nosotros, para mí es una gran alegría", destacó, como recoge Efe. Asimismo conminó a los estudiantes a romper con los "perjuicios" que existen todavía en el mundo de la literatura sobre "lo que es un buen libro y lo que no", dado que el oficio de escritor, subrayó, "no viene con manual de instrucciones".

También Colm Tóibín, que fue galardonado por "El testamento de María, valoró, cuenta Europa Press, la participación de los jóvenes y desgranó cómo considera la literatura la clave para "aprender a leer el mundo" y algo "esencial para vivir". "Enseñar a leer de manera cuidadosa es enseñar una manera de vivir, de salir al mundo y de leer el mundo de una forma más precisa. Si no sabes leer el mundo, no sabes vivir", proclamó.