"Una dolencia invisible: causas, síntomas y diagnóstico". El título de esta charla ya señalaba uno de los factores acuciantes de esta enfermedad. Incluso los diferentes hallazgos realizados con la nueva tecnología en los pacientes con FM, y las diferencias observadas con respecto a individuos sanos, aunque subrayan su carácter patológico, no determinan su especificidad. Algunos estudios parecen aportar que las alteraciones observadas compatibles con un estado de sensibilización e hiperexcitabilidad central del sistema nociceptivo no son exclusivas de pacientes con FM, observándose también en pacientes con dolor crónico, como el dolor lumbar crónico, el dolor visceral del colon irritable, entre otros, reforzándose la relación fisiopatológica entre estos grupos de pacientes

Una enfermedad que, según sabe muy bien Pego, está sometida a una opinión pública no demasiado comprensiva con sus afectados. Como dice un informe, "la valoración de la FM por la población en general, tras un conocimiento inicial y superficial, oscila en ocasiones entre la consideración de la misma como una expresión de falta de voluntad o de ánimo para afrontar las dificultades de la vida diaria por parte de la persona afectada y su consideración como un problema de índole psicológico de menor entidad. En ambos casos, esta valoración conduce a infraestimar el esfuerzo que el paciente requiere para mantener su capacidad funcional y su calidad de vida y puede suponer un obstáculo añadido en sus esfuerzos, en lugar de contribuir a prestarle el apoyo que necesita".

La FM debería ser diagnosticada lo antes posible, dice, y tratada por profesionales de AP para adoptar las medidas terapéuticas adecuadas a las necesidades de cada persona.