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Primera causa de consulta en los servicios de salud mental infantil

Una generación de adolescentes en conflicto

Un estudio constata el aumento de trastornos de conducta en menores y lo relaciona con el mayor número de familias con problemas económicos y los cambios sociales vividos

Una generación de adolescentes en conflicto

Los padres que no tienen tiempo para sus hijos o no saben poner límites, las familias desbordadas, la falta de comunicación y conocimiento de los problemas de los menores, el bajo nivel social y económico o los progenitores abusivos pueden provocar trastornos de conducta en los adolescentes.

En los últimos cinco años, ha aumentado el número de adolescentes con problemas de comportamiento por la crisis económica y los cambios sociales experimentados en la estructura familiar, junto al auge de valores como el individualismo, la necesidad de recompensa inmediata o la poca tolerancia al malestar. Así se desprende de un informe elaborado por el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, a partir de una encuesta realizada a más de 1.300 pediatras, profesores, padres, psicólogos y otros profesionales de la salud mental de todo el territorio estatal para prevenir, detectar y proponer recomendaciones con el fin de abordar estos problemas.

La mayoría de los profesionales encuestados -un 96% de los pediatras- ha detectado un aumento de los trastornos de conducta, que se han convertido en la primera causa de consulta en los servicios de salud mental para niños y adolescentes por su impacto en el entorno familiar y escolar.

La irritabilidad, la pérdida de amistades, el abuso de sustancias, la escasa capacidad de atención, el bajo rendimiento académico, la poca tolerancia a la frustración o la pérdida de valor ante la autoridad pueden indicar la aparición de problemas de comportamiento en los menores, ha explicado el psicólogo clínico, Josep Matalí, coordinador del informe.

Las dificultades de aprendizaje y el trastorno por déficit de atención (TDAH) son los problemas de comportamiento que han experimentado un mayor aumento, aunque también ha crecido el número de consultas por trastorno negativista desafiante (TND) y por trastorno disocial. ¿Está sobrediagnosticado este trastorno? ¿Es una 'moda'?

El jefe de servicio de Psiquiatría del EOXI de Vigo, Manuel Olivares coincide en que los profesionales detectan en los últimos años más trastornos de conducta en adolescentes -incluso de intentos de suicidio-. "Es una realidad que estamos viendo, pero en estos estudios epidemiológicos se establecen relaciones de causalidad a veces incorrectas; es decir, la crisis no tendría por qué estar detrás", explica el experto, "no sabemos si son los padres que no ponen límites o la televisión...".

El trastorno por déficit de atención, que genera un mayor número de visitas a los servicios de salud, se caracteriza por la dificultad para mantener la atención, la hiperactividad o el exceso de movimiento. Su incidencia está entre el 3 y el 7% de la población, con más frecuencia entre los chicos.

La experta en inteligencia emocional infantil Paula Muñoz, que trata a menores con TDAH, asegura que "sí existe sobrediagnóstico", demostrado, con algunos estudios médicos en la mano. "No creo que la situación familiar o social provoque un TDAH, que es una particularidad cerebral; una situación externa no puede modificar nuestro cerebro". Eso sí, la situación en casa debido a los problemas económicos puede derivar en situaciones tensas que propicien la manifestación de trastornos, explica. "Una conducta negativa puede indicar que un menor se siente perdido por una grave situación familiar".

Con una prevalencia entre el 1,5 y el 3,4% de la población, principalmente entre los varones, otro trastorno, el disocial implica actitudes que atentan contra los derechos de los demás o las normas sociales, como el acoso, las amenazas, las peleas, el uso de armas o los robos. El trastorno negativista desafiante sigue un patrón de desobediencia y hostilidad hacia las figuras de autoridad, con accesos de cólera, discusiones con adultos o actitudes quisquillosas o vengativas. Afecta a entre un 3 y un 8% de los niños, siendo dos y tres veces más frecuente en varones.

Jesús García, de la Sociedad Española de Pediatría Social, destaca que entre las situaciones que generan niños hiperactivos o "intoxicados con pastillas" se encuentran las familias "de hecho, de desecho, de techo y de lecho" o los padres con "estrés y cansancio" que "tiran la toalla". El profesor Miguel Ángel Martínez Egido, resalta la importancia de "poner límites a tiempo" por parte de los educadores y los padres para evitar trastornos de conducta, con claridad en la exposición, coherencia, constancia y consenso.

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