Llevo una hora buscando infructuosamente la foto que hace mucho años tomé yo o me tomó una amiga de Boston, Voula Annas, ante la Casablanca, con aquella mujer protestante que yo no podía ni imaginar que era viguesa. Sé que aproveché la visita para hacer unos reportajes para FARO. Buceo entre mis desvaídos recuerdos y me río pensando si le habré pedido permiso para la foto en mi mal inglés a una coterránea mía a la que podría hablarle hasta en gallego.

Pasaron muchos años hasta que en enero de 2015 el azar me llevó a enterarme de que no solo había nacido en Vigo sino que vigueses en ruta turística habían hablado con ella. Uno, el maratoniano Carlos Pérez, al que ella le dijo que había vivido frente al Fraga; otro, Juan Carlos Sotelo, que creía recordar que a él le había hablado de El Calvario. ¡Cuánto azar, cuánta historia inesperada encierra una vida!