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La informática gana peso en el laboratorio

La bioinformática, ¿el ratón del futuro?

El procesamiento y análisis de datos reducen los experimentos con animales

Un ratón de laboratorio, durante un experimento. // Reuters

Hoy por hoy, es imposible pensar en el avance médico sin la experimentación animal, aunque los científicos tratan de dar con herramientas que puedan reducir, si no reemplazar del todo, el número de animales de experimentación. La bioinformática -la aplicación de la computación a la gestión y análisis de datos biológicos- y las tecnologías "Big Data" -datos masivos- son dos de estas herramientas. Científicos españoles ya han publicado en revistas especializadas internacionales distintos métodos bioinformáticos. Uno de ellos, desarrollado en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, es capaz de buscar toda la información que se precisa, disponible en las bases de datos de todos los ensayos clínicos realizados en los últimos treinta años, lo que reduce el número de pruebas que el investigador necesita realizar y acorta los tiempos.

Sin embargo, esto no significa que el ordenador vaya a sustituir al llamado "modelo animal", advierten los científicos gallegos. "La bioinformática es una herramienta más, que a veces nos permite extraer mucha información valiosa, pero no puede reemplazar la investigación con animales", sostiene José Antonio Costoya Puente, profesor de la USC e investigador principal del Grupo Oncología Molecular MOL del Cimus, cuyos estudios se centran en el conocimiento de los mecanismos que hacen que una célula se convierta en tumoral.

"El avance biomédico es posible gracias a la experimentación animal", añade Ana María Bravo del Moral, directora del Departamento de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago (USC).

Bravo del Corral, patóloga experimental de modelos de ratones transgénicos como modelos de enfermedades humanas y animales, asegura que pretender que la bioinformática sustituya al "modelo animal" es "una trampa". "También se dijo que los cultivos in vitro y las placas de petris iban a evitar la experimentación animal, y no la evitan, porque te dan una información muy sesgada y para nada eficiente, sobre todo en tratamientos médicos. Te pueden ayudar, eso sí, en aspectos previos a la experimentación con animales", añade.

Tampoco Juan Carlos Pichel Campos, doctor en el área de Arquitectura y Tecnología de Computadores e investigador de postgrado de la USC en el CiTIUS(Centro Singular de Investigación en Tecnologías de la Información), se atreve a predecir que la bioinformática sustituya a la experimentación con "modelos animal". "Considero que el procesamiento y análisis de las ingentes cantidades de datos existentes van a permitir, al menos, reducir los tiempos necesarios para llegar a validar soluciones que antes requerían periodos de experimentación elevados. De este modo, al manos, la experimentación podría reducirse de forma notable", argumenta.

Este investigador vigués es el investigador principal del equipo responsable del BigBWA, una herramienta desarrollada en el Citius en colaboración con el Grupo de Genómica de la USC que demuestra la aportación de los ordenadores a la reducción de tiempos. Esta tecnología permite realizar el alineamiento de secuencias genéticas de ADN en tiempos reducidos. "La idea es usar tecnologías Big Data' para realizar el proceso de alineamiento en paralelo, es decir, usando varios servidores de forma que realicen el trabajo de forma coordinada", explica.

Las 3 R

Cada año, once millones y medio de animales son utilizados en experimentos en la Unión Europea; un millón y medio en España, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Y son muchas las voces que piden su abolición. Cerca de 1,7 millones de firmas respaldaron el pasado mes de junio la iniciativa popular ciudadana de la organización Stop Vivisection que pedía a la Comisión Europea la abolición de la experimentación animal. Esta la rechazó alegando su gran aportación a los avances médicos y recordando que en 2010 la UE aprobó la normativa basada en las 3R -reducir el número de animales; refinar los métodos empleados, y reemplazarlos por métodos alternativos, como la bioinformática o cultivos celulares-, aunque también apeló al "uso responsable" de los animales.

"La gente debe saber que en la sociedad moderna los animales de experimentación también tienen derechos, y que no se pueden inculcar bajo ningún tipo de experimentación. Su uso tiene que estar justificado y tienes que garantizar las 3R. Y el futuro va por ahí: por refinar, reducir y reemplazar al máximo los animales. La experimentación ha de hacerse usando el animal de escala más inferior posible y garantizando su bienestar al máximo. Pero no podemos renunciar a ella so queremos seguir teniendo avances médicos", insiste la profesora Bravo.

Ana María Bravo del Moral - Patóloga experimental

"El avance biomédico es posible gracias a la experimentación animal"

José Antonio Costoya Puente - Profesor e investigador de la USC

"La bioinformática nos permite extraer datos muy valiosos"

Juan Carlos Pichel Campos - Físico, bioinformático del CiTIUS

"El procesamiento de cantidades ingentes de datos acorta los tiempos"

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