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Reflexiones sobre la educación

Fernando Alberca: "Desperdiciamos millones de genios que pasan desapercibidos en las aulas"

"Se puede rebajar el fracaso escolar del 30 por ciento actual al 5 por ciento en un semestre"

Fernando Alberca. // Delafuente

Cualquiera puede llegar a ser como Einstein, de quien una de sus profesoras profetizó que nunca llegaría a nada y su madre le llamaba retrasado mental, y comerse el mundo si se le motiva bien, pero desperdiciamos a millones de genios potenciales en una escuela convertida en territorio hostil por una sociedad que no aprecia suficientemente el papel del maestro. Fernando Alberca (Córdoba, 1966), estudioso del fenómeno educativo como profesor de ESO y de Magisterio y prolífico autor de libros sobre su especialidad, acaba de publicar "Tú también puedes ser Einstein" (Planeta) para sacar conclusiones educativas útiles de las vidas de personajes tan célebres como Newton, Curie, Teresa de Calcuta o Jobs. Comunicación y empatía entre el profesor y el alumno es la receta que recomienda Alberca, asesor en relaciones familiares y padre de ocho hijos, para quien el cociente intelectual con el que nacemos es despreciable al lado de lo que podemos hacer por nosotros mismos a lo largo de la vida. Einstein reaccionó cuando empezó a sentirse querido y valorado. En su opinión, el fracaso escolar que en España alcanza el sonrojante 30 por ciento se podría reducir al 5 por ciento en un solo semestre siempre que se aplicara de forma decida una correcta política educativa que liberaría a los alumnos de llevar los deberes para casa para que puedan jugar y divertirse. Veamos cómo.

- Si el fracaso escolar en España es del 30 por ciento, ¿quiere decir que hay un 30 por ciento de estudiantes que son poco inteligentes y/o vagos?

- Ni una cosa ni la otra. Solo quiere decir que nuestro sistema educativo ha provocado que un 30 por ciento de chicos y chicas inteligentes abandonen el sistema.

- ¿Por qué lo abandonan?

- Hoy sabemos que las distintas causas del fracaso escolar en nuestro siglo tienen su raíz en una insuficiente comunicación afectiva y estimulante entre el profesor y el alumno. Todos los que suspenden pasarían a sacar buenas notas si tuvieran una buena relación personal con el profesor. Si este consiguiera descubrirles lo interesante de lo que han de aprender y les enseñara cómo lograrlo satisfactoriamente.

- ¿Así que no es una cuestión de falta de esfuerzo?

- El problema nunca es el esfuerzo: quien meta tres tiros triples seguidos en un partido decisivo de baloncesto mientras las gradas corean su nombre no advierte el cansancio ni el esfuerzo que le exige un cuarto tiro. Todos los niños podrían ser Einstein.

- ¿Cómo puedo conseguir unos hijos estudiosos?

- Procurándoles una autoestima sana, haciéndoles ver lo mucho que ya valen y los muchos recursos intelectuales que tienen para ser buenos estudiantes.

- ¿Tan fácil?

- También hay que enseñarles a salvar obstáculos: desde enseñarles a que se abrochen el abrigo, mostrándoles nuestra satisfacción cuando superan los obstáculos y cuando soportan bien sus contrariedades. Hay que mostrarles también cómo estudiar para obtener buenos resultados.

- ¿Qué parte de culpa tienen el estudiante, los padres y el Estado en el fracaso escolar?

- Todos tenemos una parte de culpa. Calculo que pasar de un fracaso escolar del 30% como el actual a uno de un 5% en todo el país sería solo cuestión de un semestre. Todos tendríamos que poner algo de nuestra parte: primero el docente y después los padres. El Estado en tercer lugar, con una ley que contemple cómo es el niño y la niña real que hoy hay en las aulas, y en último lugar, el alumnado, que es quien debe aprender con interés y esfuerzo.

- ¿Se puede lograr reducir este fracaso actual con la Lomce?

- No. Tendríamos que actuar de forma muy distinta a como hoy lo hacemos y la Lomce no dará tampoco en la diana. La nueva FP, imperativo de la UE, hará descender los alumnos que abandonan sus estudios, hará que haya menos universitarios y que los españoles cobren sueldos más bajos el día de mañana. Pagaremos las consecuencias. Más valdría enseñarles a estudiar y a superar todos los estudios que se propongan, que presentarles cómo huir del obstáculo.

- Dice usted que hay que convertir al niño en el protagonista de una nueva educación. ¿Cómo se consigue?

- Creando el escenario educativo adecuado en el que el niño pueda hacer brillar sus talentos, que siempre son más de los que se llegan a descubrir en toda su vida. Sabemos muy bien cómo funciona el corazón y la cabeza humana, bastaría llevar estos conocimientos a la escuela, y sin embargo en los exámenes de la escuela no se valora la creatividad, la imaginación y la intuición. Nuestro sistema educativo solo habla para una parte del cerebro del hemisferio cerebral izquierdo, y así se desperdician cada día millones de genios, que como Einstein, Newton o Jobs pasan desapercibidos durante su adolescencia en las aulas.

- No me diga que todos podemos ser genios.....

- La capacidad de aprender y ser geniales de todos los seres humanos es mucho mayor de la que descubrimos en un sistema miope y obsoleto que no ha cambiado desde el siglo XVIII. Cuando el centro de una clase es la genialidad y la capacidad real de un niño o adolescente, su motivación por parte del profesorado y su estimulación, su orientación y aprendizaje real, entonces el protagonista es el niño y el profesor se convierte en el instrumento heroico de su aprendizaje y de su brillantez. La humanidad entera progresa a golpe del talento individual.

- ¿Por qué fallan tanto nuestras escuelas?

- Porque están más ocupadas en la organización y administración, que en el aprendizaje y la relación personal de quienes en ella deberían ser lo más importantes: sus personas.

- ¿Cómo convencer al alumno de que el éxito se edifica sobre los fracasos?

- Con nuestra reacción cuando llegan las malas notas. El fracaso es el inicio del éxito. Cuando se suspende se puede descubrir lo no aprendido y buscar una nueva forma de aprenderlo: el éxito llega entonces. Pero los alumnos han aprendido desde hace mucho que padres y profesorado vemos los errores como algo negativo: es evidente en nuestro lenguaje verbal y no verbal. Es un atropello a la inteligencia humana creer que un alumno por sacar un 10 no tiene problemas de estudio y por sacar un 0 sí los tiene.

- Pero resulta difícil de entender que el fracaso no te resulte frustrante.....

- El fracaso es una cosa grande en un ser humano imperfecto. Todo gran hombre, incluso los que más han triunfado en la humanidad, partió en algún momento de un fracaso; basta leer sus biografías.

- ¿Qué importancia le da al coeficiente de inteligencia para conseguir el éxito en la vida?

- Ninguna. Lo importante no es el cociente intelectual con el que nacemos, sino lo que hacemos con él a lo largo de nuestra vida. El cociente intelectual no cambia apenas en nuestra vida, la inteligencia, sí. No aprendemos porque seamos listos, sino que nos vamos haciendo más listos conforme aprendemos más cosas y las cosas más importantes. Por eso hay gente que nace muy lista y se va volviendo torpe y quienes nacen con una inteligencia muy normalita y acaban desarrollando una inteligencia brillante.

- ¿Cómo se debe motivar a los estudiantes para que tengan confianza en sí mismos y suficiente autoestima?

- Haciéndoles ver que el profesorado y los padres somos fiables y sus aliados en su éxito.

- ¿Por qué dice usted que la escuela está haciendo hoy infeliz a padres, alumnos y profesores?

- Porque no contenta a nadie. La escuela se ha convertido en un territorio hostil; se aprende poco y poco importante para el día de mañana y encima los informes externos como PISA dicen que somos los penúltimos en algunas de las cuestiones más importantes.

- ¿Qué tiene que ver la felicidad con el aprendizaje?

- Mucho. La inteligencia es uno de los instrumentos más humanos para aprender cómo ser feliz. Por eso digo que la inteligencia de verdad es una herramienta para ser feliz o no es tanta inteligencia.

- Para enseñar bien, harán falta buenos maestros, ¿cómo son los docentes españoles?

- Algunos extraordinariamente buenos: impresionantemente buenos. Siempre he dicho que en el peor de los sistemas educativos posibles un buen alumno con un buen profesor hacen magia. Pero la mayoría son solo bien intencionados porque quizá no tuvieron en su formación el aprendizaje suficiente para emplear los recursos que convienen a la inmensidad e importancia de su labor y su vocación profesional, porque la de maestro debería ser la profesión más prestigiada de España y de cualquier país y no lo es.

- ¿No debería ser la profesión de maestro de escuela mucho más exigente puesto que tiene la responsabilidad de formar en un momento crítico de su vida a los hombres de mañana?

- Sin duda, todos los centros de Magisterio deberían ponerse las pilas, adecuar sus programas a las necesidades docentes actuales: más comunicación no verbal, más empatía, más inteligencia y relación emocional, observación y programar muchas asignaturas nuevas que aún no están en los centros de Magisterio ni en los másteres establecidos para los graduados que quieren ser profesores.

- ¿Por qué los partidos políticos no apuestan decididamente como hizo Israel con sus escolares por volcarse en formar bien a los españoles para competir con ventaja en el mundo en vez de seguir dependiendo casi en exclusiva del ladrillo y el turismo?

- Porque la reuniones donde se deciden las orientaciones educativas están más llenas de políticos y amigos que de educadores.

- ¿Por qué sus profesores se equivocaron con Einstein, a quien tenían en escasa consideración?

- Porque no se fijaron. Einstein ya era Einstein cuando tenía diez años. Hoy pasa también, en la mayoría de las clases de nuestro país. Repletas de "Einsteins" que no llegarán a descubrirse o que lo harán ellos solos, u otro profesor más hábil, si se descubren. La mayoría de los "Einsteins" de la humanidad no han llegado a descubrirse, y mejor nos hubiera ido de haber sido descubiertos.

- ¿Cómo motiva usted a sus ocho hijos?

- Queriéndolos y admirándolos. Lo tienen todo: son buenos, inteligentes, estudiosos, esforzados. Son muy humanos.

- ¿Responden igual a esos estímulos todos sus hijos?

- Ninguno responde igual a otro. Cada uno es irrepetible, único, con sentido propio. Cada uno tiene su forma de ser también original y por ello reaccionan de forma muy distinta a los mismos estímulos, pero siempre hay estímulos de sobra para cada ser humano.

- Volviendo a Einstein, ¿qué le dice su frase "el aprendizaje es experiencia, el resto es información"?

- Que lo importante es aprender cómo somos, cómo son los demás, cómo es el mundo, cómo vivir y ser felices, qué importancia tiene lo que pasa a nuestro alrededor, ser capaces de descubrir los tesoros que tenemos a nuestro lado y que para la información ya está internet: aprender información, datos, es decimonónico e inhumano en el siglo XXI.

- El educador Salman Khan dice que el alumno tiene que aprender por su cuenta en casa y hacer los deberes en el colegio. ¿Comparte su criterio?

- Jugando y estando con su familia es como más puede aprender un niño. Las tareas escolares nunca deberían trasvasar el horario escolar. Después de mucho estudiar el fenómeno educativo como profesor de 2º y 4º de ESO, así como profesor de Magisterio, opino que no debe haber tareas escolares para casa, de forma que los alumnos tengan tiempo además de para estudiar, para jugar y vivir.

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