La Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) ha concedido al químico vigués Miguel Alexandre Ramos el Premio de Promoción de Novos Investigadores por un estudio sobre el diseño y obtención de nanopartículas octaédricas de monóxido de cobalto, un galardón dotado con 2.000 euros. En esta vigésimo cuarta edición de los galardones, el Premio de Investigación se lo ha llevado una investigación que descarta la toxicidad de nanomateriales utilizados en terapias contra el cáncer realizado en la Universidade da Coruña (UDC).
-Enhorabuena por el premio, ¿augura un buen año en su carrera como investigador?
-¡Ojalá! La verdad es que ha sido una muy buena manera de comenzar el año. Este premio es para mí un reconocimiento muy importante, no solo a nivel económico, que siempre es una ayuda que viene muy bien, sino sobre todo porque es una gozada que las instituciones de tu propio país reconozcan el trabajo de sus investigadores.
-Acaba de regresar de una estancia en Dinamarca. ¿Valora la posibilidad de seguir investigando fuera de Galicia?
-Siempre es bueno ver cómo se hacen las cosas fuera y hay grupos de investigación especializados en ciertos temas que te pueden aportar muchas cosas, como fue el caso del grupo de Dinamarca con el que trabajé los últimos meses. Yo ahora he vuelto para terminar unos experimentos y ponerme a escribirla tesis del Máster, que presento en marzo. Luego mi idea es empezar con el doctorado y, aunque sin salir de Galicia hay programas muy buenos, sí que me gustaría combinarlo con algunas estancias en el extranjero. Lo triste es cuando los investigadores tienen que abandonar su tierra porque no consiguen desarrollar su trabajo en ella.
-¿Cuenta con algún tipo de financiación en estos momentos? ¿Cómo vive un joven investigador?
-Pues vivo en casa de mis padres porque no me es posible independizarme. Es una situación muy diferente a la que me he encontrado, por ejemplo, en Dinamarca, donde los estudiantes universitario reciben un sueldo desde que empiezan la carrera, por lo que la mayoría de ellos se independiza a los 18 años. Yo conseguí el año pasado una beca de colaboración de la Universidade de Vigo y ahora estoy sin financiación y buscando becas para poder empezar el doctorado en septiembre. Es complicado, las que conceden los organismos privados me encuentro con que este año los requisitos son aún más exigentes y las del Ministerio se rebajaron y hay mucha competitividad...
-¿En qué consiste la investigación por la que acaba de recibir el premio?
-Se trata del diseño de nanopartículas octaédricas de monóxido de cobalto, que es algo novedoso porque generalmente son esféricas y es difícil darles esta forma. Al hacerlo, conseguimos que se modifiquen sus propiedades magnéticas. Además, el trabajo describe procesos complejos que permiten crear huecos dentro de las nanopartículas, lo que facilita su aplicación en el transporte y liberación de fármacos, entre otros usos.
-¿Le atrae la investigación aplicada a la medicina?
-Sí, especialmente me motivan las aplicaciones biomédicas de las nanopartículas magnéticas y, más concretamente, las aplicaciones que éstas podrán tener en las enfermedades neurodegenerativas. Me gusta mucho saber que mi trabajo, aunque no tenga una aplicación directa e inmediata, sí podrá ayudar a otros investigadores a desarrollar métodos de detección que hagan posible frenar estas enfermedades antes de que se manifiesten.
