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Trágico desenlace en Moaña

Consternación en el ámbito científico y educativo por la muerte de Aida Fernández y Amparo Costa

La investigadora y primera mujer directora del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y su amiga, la exdirectora de la Escola Rosalía de Castro, murieron en un atropello en Meira

Aida Fernández (i.) con Amparo Costa, el día de su ingreso en la Real Academia de Ciencias en el Pazo de San Roque. // Archivo familiar

Una mujer carismática, que se hizo a sí misma a base de trabajo y estaba llena de vida. Así define uno de sus sobrinos a la investigadora viguesa, científica y mujer pionera Aida Fernández Ríos, que anteayer falleció a los 67 años tras un atropello en Moaña junto a su amiga y ex directora de la Escola Rosalía de Castro, Amparo Costa, con 69. Venían de compartir un café y una charla, como otras tantas tardes, cuando el infortunio se cruzó en su camino, a unos metros de la puerta de casa.

La noticia provocó consternación entre la comunidad científica y educativa de Vigo y Galicia ya que Aida Fernández, además de profesora de investigación, fue la primera mujer directora del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) del CSIC en Vigo -cargo que ejerció entre 2006 y 2011- y miembro de la Real Academia Galega de Ciencia, a la que accedió en junio; así como Amparo Costa fue docente y directora de la Escola Rosalía de Castro en Vigo. En solo una hora, el velatorio de Pereiró se llenó personas que acudieron a dar el último adiós a la científica y acompañar a la familia; hecho que se reprodujo en el tanatorio de Moaña, donde velan los restos mortales de Amparo Costa.

En el entorno de trabajo de Fernández Ríos en el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM) del CSIC, la noticia cayó como un jarro de agua fría. Sus compañeros de departamento, aún afectados, destacaron "el gran vacío" que deja Aida, a quien definen como "una persona muy vital, que amaba su trabajo". Además de su calidad como ser humano y su brillantez cómo investigadora, "Aida Fernández Ríos es un extraordinario ejemplo de esfuerzo, superación, iniciativa y coraje", indicaron. Se refirieron a que logró alcanzar presencia en los órganos de decisión de los más importantes foros científicos nacionales e internacionales relacionados con el cambio climático. A los más de noventa artículos de investigación que publicó en revistas internacionales se suman las recientes publicaciones en la revista Science, explican. El pasado mes de septiembre publicó los últimos resultados de su investigación sobre la acidificación del océano a causa del CO2, tal y como recogía FARO.

El profesor de investigación en el Departamento de Oceanografía del IIM y compañero de la fallecida, Fiz Fernández, destaca que "su trayectoria en la investigación marina se inició en 1972, un momento en que la presencia de la mujer en el trabajo de investigación era totalmente minoritario". "Aida es, además, uno de los más queridos miembros de la comunidad internacional de investigadores marinos, que reconocen en ella el rigor científico y la camaradería de quien sabe compartir la alegría que proporciona descubrir nuevos conocimientos".

Fuentes de la familia de Aida Fernández confirmaron que todo estaba preparado para celebrar las fiestas navideñas en la casa que la científica tenía en Tomiño.

Su falta se notará especialmente entre una antigua directiva de la Fundación Vigueses Distinguidos de la que Aida formó parte y cuyo vínculo se mantenía intacto. Por esa razón, el pasado lunes se reunieron en un restaurante el centro de Vigo para celebrar la Navidad. "Era un puntal, siempre cargaba el ambiente de energía positiva", asegura el pintor Antón Pulido que destaca a un tiempo su aportaciones sobre el cambio climático en la fauna y flora marina "que tendrán mucha trascendencia en el futuro" y su gran humanidad. En ese encuentro, que compartió también con la responsable de la Rede de Mulleres Veciñais contra Os Malos Tratos, Rosa Fontaíña y el editor Bieito Ledo -entre otros-, recuerdan también la anécdota de bromear sobre el nuevo look de Aida, con el pelo claro. Fontaíña mantenía una relación cercana, casi diaria, con la fallecida desde que en 2002 coincidieron en el premio "Galegas Destacadas". "Es una persona que se lleva un pedazo de ti, porque se hacía querer y que no va a morir nunca porque siempre estuvo cerca", destaca. También que tenía la "mentalidad de una persona muy joven, alegre y optimista, que nunca se quejaba de nada".

Por su parte, Luisa Amparo Costa dejó una profunda huella en quienes la conocieron en la Asociación Escola Rosalía de Castro, de donde se jubiló hace unos años tras una larga labor docente. Actualmente se encargaba de su madre, dependiente; un trabajo que compartía con su hermana Sara. Natural de Moaña, Amparo tenía otras dos hermanas -la conocida botánica Margarita Costa, ya fallecida- y estaba muy vinculada a la Federación de Ensino privado de CC OO. El actual director de la institución educativa, Rafael Gutiérrez, ensalzó su efectivo modus operandi educativo y tuvo sentidas palabras de recuerdo en este luctuoso momento.

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