La Real Academia Galega de Ciencias se encuentra triste y de luto hoy (por ayer), en un día aciago. Esta mañana, cuando todavía sonaban los ecos y se dejaba sentir el vacío producidos por el reciente fallecimiento del académico profesor Bao, recibíamos la noticia del desgraciado suceso que segó la vida de la Académica Numeraria profesora Aída Fernández Ríos. Todavía ahora nos parece imposible que tal cosa haya ocurrido.

El 1 de junio de este año 2015 la RAGC rendía tributo a la mujer investigadora en la figura de la Doctora Ángeles Albariño, celebrando el Día de la Ciencia en Galicia, a la vez que ponía en valor la ciencia oceanográfica, que tanto tiene que ver con Galicia. Siguiendo en esta línea, el 18 de junio del mismo año, sólo hace unos meses, la Real Academia daba ingreso como Académica Numeraria a la doctora Aída Fernández Ríos, resaltando una vez más la importancia de la ciencia en femenino, así como la importancia de la oceanografía. Su discurso de ingreso versó sobre el tema Acidificación do Mar: Unha consecuencia das emisión de CO2.

Aída era Profesora de Investigación en el Instituto de Investigaciones Marinas, del CSIC, en Vigo. Bióloga Oceanógrafa, su investigación estaba centrada preferentemente en el Sistema del Carbono. Con un curriculum científico reconocido internacionalmente se hizo merecedora de la Medalla que la acreditaba como Académica Numeraria de esta institución, que la recibió como un ejemplo de la aportación de la mujer al conocimiento científico y también como una colaboradora necesaria para acercar a la sociedad gallega los diversos aspectos de la ciencia oceanográfica.

Durante su escaso tiempo de permanencia en la Academia pudimos conocer a una persona comunicativa, alegre, animosa, cumplidora de sus obligaciones y muy colaboradora. Hace solo ocho días asistió al último pleno de la Real Academia, en el que se ofreció voluntariamente para formar parte de una comisión de estudio, en orden a mejorar la convocatoria de los Premios de Investigación Ernesto Viéitez. Toda una promesa, muy importante para la vida de esta institución.

Más allá de la Academia, la doctora Aída ocupaba un lugar muy destacado en la ciencia en Galicia, que hoy se resiente, sin duda, ante tan luctuoso suceso.Hoy la RAGC lamenta profundamente y llora su pérdida, a la vez que se une al dolor de sus familiares y amigos.

Querida Aída, nuestro corazón está contigo. Que descanses e paz.

*Presidente Real Academia

Galega de Ciencias