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Cuando Nadia vivió como un hombre

Una joven de Afganistán relata en Santiago su odisea durante diez años, simulando ser su hermano muerto para sacar adelante a su familia

Nadia Ghulam, ayer en Santiago. // Xoán Álvarez

Cuando tenía 11 años, Nadia tomó una decisión valiente y asombrosa: convertirse en Zelmai, su hermano mayor asesinado en la guerra civil de Afganistán, que dio paso a la terrible paz de los talibanes. Era la única forma de poder trabajar y sacar adelante a su destrozada familia en Kabul. Fueron diez años en los que Nadia fue un hombre y, cada día, cubría su cuerpo -cada vez más femenino- con ropas masculinas y se colocaba un turbante que cubría parte de su rostro, deformado y quemado por una bomba que le alcanzó de lleno durante un ataque en 1993. Siempre con el terror de ser descubierta.

Nadia tiene ahora 30 años y vive en Barcelona, donde llegó hace 9 ayudada por una ONG para que los cirujanos reconstruyeran su rostro. De su historia ha escrito un libro, "El secreto de mi turbante" (Editorial Planeta -junto con la periodista Agnès Rotger- y una película, "Osama"; estudia cuarto curso de Educación Social y está decidida a volver a su país para ayudar a su reconstrucción.

Ayer habló de su experiencia y de sus objetivos futuros en una charla que ofreció en la Facultad de Políticas de la Universidade de Santiago, en un acto organizado por Asemblea de Cooperación pola Paz dentro de la campaña Xunt@s Facemos Compostela de integración de personas inmigrantes y refugiadas

"Si en mi país hubiera posibilidad de trabajar y se fomentara la educación, el cien por cien de las personas que ahora cogen las armas, las dejarían, pero es que no tienen otra opción para sobrevivir. Si queremos ayudar a Afganistán tenemos que tener una formación; por eso yo quiero volver a mi país y ayudar a todos, no solo a las mujeres, que los hombres también sufren mucho, tal y como yo lo viví en mi propio cuerpo", explica la joven, en un castellano asombrosamente bueno.

En aquel Kabul destruido por la guerra y aterrorizado por los talibanes, Nadia trabajó como un campesino más, excavó pozos y recogió excrementos para utilizar como abono. "Fue difícil, no lo niego, pero lo habría hecho cualquier persona igual para que su familia no muriera de habre; en Afganistán la familia es lo primero para nosotros", asegura Nadia.

La joven afgana ve con horror como ahora millones de personas huyen de sus países a causa de la guerra y se encuentran con que las fronteras se cierran cada vez más. "Nadie quiere dejar su país; eso es lo primero que tenemos que pensar. Los refugiados escapan porque es imposible seguir en sus casas y me duele mucho ver cómo se arriesgan cruzando mares y montaña, en busca de una segunda oportunidad, para luego encontrar que no les hacen caso, que no les quieren ayudar", lamenta.

Quince operaciones

Nadia ha sido sometida en Barcelona a quince operaciones. Pero cada año desde que vive en España, con una familia a la que llama su "ángel", no ha dejado de ir a visitar a su familia. "Mis padres y mis dos hermanas, mis primos y toda mi familia sigue allí y yo tengo claro que quiero volver para ayudarles, a ellos y, en realidad, a todo mi pueblo", reflexiona.

El pasado mes de agosto fue su última visita a Kabul y asegura que cada vez se encuentra con más gente joven "deseosa de que cambien las cosas". Advierte que la libertad de las mujeres está aumentando en los últimos años, "al menos en Kabul, aunque sigue siendo muy diferente en los pueblos, donde sigue habiendo tiroteos y bombardeos continuos", confiesa. Sin embargo, la obligatoriedad de la mujer de salir de casa tapada con el burka no es para ella lo más importante en estos momentos. "Muchas mujeres van a estudiar y taparse no es un problema", opina.

Nadia procura no contar demasiados detalles sobre su vida en Barcelona a su familia "para no ponerles más tristes; cuando yo estaba allí y me contaban cosas de Europa también me parecía aquello una película", recuerda. "Allí solo se puede estudiar Derecho y Medicina y les parece increíble cuando les cuento la cantidad de opciones que tenemos aquí", concluye.

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