Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El arte de lo imposible, en pleno auge El arte de lo imposible, en pleno auge

Los magos en tierra de meigas

Ilusionistas gallegos, profesionales y aficionados, relatan cómo este arte resiste y fascina frente a ese otro mundo virtual de pantallas y teclados

Su vida está rodeada de magia y su lema es el "más difícil todavía". Son magos, algunos sin elegirlo, pero todos tienen claro que desde que comenzó su idilio con la magia fue imposible dar un paso atrás. No es difícil encontrarlos cada semana en algún bar gallego comentando sus trucos, compartiendo nuevas ideas y disfrutando de lo que para unos es una afición y otros han convertido en su profesión.

El ilusionismo vive un momento de auge en España. Con la concesión, en 2010, a Juan Tamariz, de la Medalla de Honor a las Bellas Artes, la magia quedó oficialmente consagrada como una de las bellas artes. Incluso ha llegado a la universidad y el Real Centro Universitario María Cristina de San Lorenzo de El Escorial ya forma a la tercera promoción de titulados. Muchos de los programas de televisión con mayor audiencia ceden un espacio a la magia y también hay espacios específicos para el arte de lo imposible.

En Galicia cada vez es más grande el número de aficionados y, tras unos años de escasez de espectáculos a causa de la crisis, la magia comienza a recuperar los escenarios. Pero, independientemente de las modas y las posibilidades de trabajar, los magos no dejan en ningún momento de formarse y de dedicar horas y horas, en soledad, a conseguir realizar los trucos más increíbles.

El mago Antón es uno de los profesionales con más bagaje en Galicia y que ha sido maestro de varias generaciones. La magia, dice, le atrapó desde niño, aunque en los primeros años de la década de los setenta "soñábamos con cambiar e transformar este Pais", recuerda. Veinte kilómetros de ida y otros veinte de vuelta -la distancia entre Lugo y Castro de Rei- recorría cada día en bicicleta Antón para visitar a Xosé Manuel Carballo, que fue su primer referente ("o primeiro mago que utilizou o galego nas súas actuacións"). Años después descubriría la Escuela Mágica de Madrid de la mano de Juan Tamariz, Arturo de Ascanio, Pepe Carrol, Camilo Vázquez y otros muchos.

El primer espectáculo de gran formato que montó se llamaba 'Merlín e Familia' "en homenaxe a Cunqueiro que foi o gran mago da palabra", destaca el ilusionista. Pronto se especializó en grandes ilusiones al aire libre que no dejaban indiferente a nadie. Grabando un programa especial para Televisión de Galicia hizo un número de escapismo de un acuario y tuvo un accidente: le sacaron a los 3 minutos y 35 segundos. Diez años después tuvo otro, esta vez en Lisboa y delante de más de 2.000 magos de todo el mundo. "O entrar esposado e de cabeza o acuario reventou pola presión e saín sen esposas en menos de dous segundos". Diez años después, en A Coruña y coincidiendo con el XXX Congreso Mágico Nacional terminó en la Torre de Hércules con la "maldición del acuario". La última vez que hizo este número fue para el programa "Onde está o mago Antón?", que grabaron para TVG hace solo unos meses y que tiene la originalidad de mostrar Galicia a través de la magia.

Los juegos, secretos y técnicas del mago Antón forman parte del repertorio de muchos grandes magos como el mismísimo David Copperfield, que le compró al gallego uno de sus trucos, "Prediction 521". "Cando se dirixiu a min eu non o podía crer. Encheume de alegría saber que o mago máis importante da nosa época se interesaba pola miña maxia", confiesa.

El ilusionista lucense ha tenido mucho que ver con la equiparación de la magia en Galicia a otras artes escénicas como el teatro, la danza o la música. "Nestes últimos anos a cultura non está pasando polos mellores momentos, como a sociedade en xeral. Apesares de iso os magos galegos seguimos traballando para manter acesa a chama da ilusión", asegura.

Muy lejos de la idea que podamos tener los ajenos a este mundo de la magia, los ilusionistas comparten con generosidad sus trucos y técnicas; se regalan consejos para mejorar y ayudan a los neófitos para aprender a moverse por estas nuevas sendas.

Existen varias asociaciones de magos profesionales en Galicia. En Vigo se encuentra la Asociación Viguesa de Ilusionismo y, a nivel regional, funciona la Asociación de Magos Profesionales de Galicia. A ambas pertenece el vigués Mago Cali.

El pequeño Juan Carlos (Cali) tenía solo diez años cuando el director del Colegio San Fernando de Vigo tuvo la buena idea de contratar a un mago para una de las fiestas del centro. "Me quedé completamente hechizado porque aquellas cosas que hacía el mago no las podía comprender, y eso me atraía muchísimo", recuerda. La chispa no se apagó tras aquella actuación y Cali se inició en el mundo del teatro y la pantomina mientras devoraba cualquier libro de magia que cayera en sus manos. "Me di cuenta de que aquello era mucho más complicado de lo que parecía y me dediqué ocho años a practicar".

Con 17 años, cogía el tren hacia A Coruña cada fin de semana para aprender de los magos de una asociación, la primera que se formó en Galicia. "Allí conocí a Luis Piedrahita, a Román García y a otros muchos magos geniales que me enseñaron muchas cosas", relata. También tuvo la oportunidad de recibir clases de Ana Tamariz, la hija del célebre Juan Tamariz, que fundaron juntos una escuela hace más de 25 años que hoy sigue formando a los René Lavand del mañana.

Al mismo tiempo que Cali iba desarrollando su talento, se formó como técnico superior de telecomunicaciones y hace doce años decidió hacer de su pasión, su vida. "Soy positivo y optimista; no hay mucho dinero para contratar a magos o lo hacen por cuatro duros, pero tampoco me ha faltado el trabajo", asegura.

El Mago Cali es uno de los que más ha impulsado el Nadal Máxico y otros festivales de magia que se celebran por toda Galicia. "El Nadal se ha reducido mucho; antes íbamos a un montón de localidades y ahora a muy poquitas, pero es una forma muy buena de acercar la magia a todos los niños", cuenta. El próximo domingo el festival recalará en Vigo (Auditorio del Concello), donde el Mago Cali presentará una gala que contará con el Mago Román, Mago Norberto, Javier Muro y Cayetano Lledó. Y el sábado la gala se celebrará en Santiago, presentada por el Mago Antón y con la participación de Kiko Pastur, Mago Benxamin, Cayetano Lledó, Mago Norberto y Javier Muro.

Todos estos magos pertenecen a la Asociación de Magos Profesionales de Galicia y todos ellos coinciden en que "en este oficio no basta solo con ser bueno, también hay que saber transmitirlo". Así lo destaca Javier Muro, de Santiago. "Todo lo que puedas aprender a nivel artístico es importante, pero también hay que tener una parte de psicología y aprender a moverte en el escenario que solo se adquiere tras muchas actuaciones", explica. "Si tú estás disfrutando, el público también lo hace y viceversa; ese feedback es lo más mágico de esta profesión", afirma.

Muro comenzó en la magia de la mano de un primo suyo y la caja de Magia Borrás fue su regalo más codiciado con solo cinco años. Después tomó varios cursos y, como el resto de sus compañeros, recibió la ayuda de otros magos amigos. "Y sigo aprendiendo cada día; aquí nunca puedes pararte", advierte. A los 18 años empezó a actuar en algunos bares. "Recuerdo con mucho cariño las primeras 3.000 pesetas que gané", ríe. Muro compaginó también esta afición con la carrera de Biológicas y, finalmente, la magia pudo a la ciencia. "No encontré trabajo como biólogo y decidí dedicarme a la magia de manera profesional", explica el ilusionista. "Con la crisis han bajado mucho las actuaciones, pero la realidad es que la magia mueve a masas; hay muchos aficionados de todas las edades, así que seguro que remontaremos", augura el ilusionista.

Los magos encuentran muchas ventajas al hecho de estar unidos ya que esto favorece que las instituciones programen más actuaciones y también que puedan traer a expertos para recibir formación. "Hoy formarse en Galicia es posible ya que hay talleres y una tienda muy completa en Lugo, además, por supuesto, de internet y numerosos DVDs... Hace 20 años todo era mucho más complicado", asegura Muro.

Coincide con él Manuel Agudo, presidente de la Asociación Viguesa de Ilusionismo. "Gracias a estar unidos hemos podido traer al campeón del mundo de cartomagia y a Juan Tamariz para que nos den conferencias, entre otros muchos; el mago se tiene que perfeccionar toda la vida", destaca. "Antes el mago se llevaba sus trucos a la tumba, pero hoy no es posible ser un buen ilusionista si no se comparte con otros", opina Agudo, que trabaja como educador social.

"Este oficio requiere mucha paciencia y tiempo y muchos de los jóvenes que empiezan terminan abandonando", lamenta.

Sin embargo, hay una cantera importante de jóvenes que han formado incluso sus propios grupos y, mientras otros chavales de su edad comparten botellón, ellos se reúnen en un bar para mostrarse sus últimos avances en los trucos de cartas y otras técnicas de micromagia. Y que no pare la magia. Y que viva lo imposible.

Compartir el artículo

stats