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Arte

El cuadro vigués del espía nazi

El Museo de Castrelos conserva la obra de Karel Holemans, héroe de la Orden Templaria y condenado a muerte tras la II Guerra Mundial, de la que FARO dejó constancia en 1945

La obra de Karl Holemans, en el Museo Quiñones de León de Castrelos. // José Lores

Una pintura firmada por el misterioso y contradictorio espía nazi en España y héroe de la Orden Templaria, el pintor belga flamenco Karel Holemans (1910-1979), permanece en los fondos del Museo Quiñones de León de Vigo -donde aparece confirmada su autoría y titulada "Mariña"-. Ese cuadro es la muestra documental más fehaciente de la estancia en la ciudad olívica del pintor, en cuya figura cristalizan multitud de incógnitas que tienen a Vigo como escenario principal, y de la que FARO dio cuenta en agosto de 1945, al recoger la llegada del artista a la ciudad en un breve en última página, así como la fotografía en la que el pintor recibe un premio por un concurso de pintura en septiembre de ese mismo año y que permitió al ayuntamiento, como era preceptivo, hacerse con la obra para sus fondos municipales. Estas dos apariciones en el decano de la prensa nacional fueron definitivas para guiar al hijo del artista Carlos Holemans en su intento de reconstruir la vida de su padre.

Se trata de un óleo sobre lienzo de mediano tamaño (71 cm. de largo por 57de alto) que emplea una cromática verde para ilustrar un anochecer marítimo y que está firmada en el ángulo inferior derecho. Además, se encuentran en la pinacoteca los documentos que acreditan que cobró 5.000 pesetas por la obra.

La pintura fue adquirida el 24 de diciembre de 1945 por el ayuntamiento vigués, tras ser premiada en la Exposición de Arte Regional Marinero -según se reflejó en dos noticias de Faro en la época y que sirvieron de base para la glosa que recientemente hizo en el suplemento del dominical del decano el periodista Ceferino de Blas-. La única variación está en el título, ya que en la época aparece titulada como "Anochecer" y actualmente se muestra en los archivos como "Mariña". "Este cambio de nombre era algo muy habitual en las obras de hace años, especialmente cuando no aparece de forma clara el título en la documentación, casos en los que se interpretaba la obra para elegir un título", explican desde el museo.

En estos momentos, la obra -dañada en la parte superior derecha- se encuentra en el almacén del museo vigués y forma parte de su colección de artes plásticas. Sin embargo, no ha permanecido en la sombra todos estos años. Hasta el año 2011 estuvo expuesta en las paredes de la sede de la subdelegación del gobierno en Vigo -ubicada en la calle García Barbón, 18- junto a otras 30 obras cedidas por el museo. "Cuando cerró la subdelegación, recuperamos esas obras, entre las que se encontraba este cuadro de Holemans y, desde entonces, se encuentra en nuestro almacén", explican desde Castrelos, al tiempo que advierten que, "aunque la obra no posee un gran valor artístico, la historia de su autor le aporta un gran interés añadido".

Setenta años después de la creación de la obra, el hijo del artista, Carlos Holemans, de madre española, ha vuelto a poner de actualidad el óleo cuando documentaba la vida de su padre y se encontró con un breve periodo de incógnita, que discurre precisamente en Vigo, entre los años de 1945 y 1946. Precisamente en dichas fechas estuvo en esta ciudad y parece ser que recibió el premio pero, al no poder recogerlo personalmente, emitió una autorización al cardiólogo José Antonio Adrio Mateo para que lo hiciera en su nombre.

Pero, ¿quién es Karel Holemans? Holemans fue el encargado de trasladar desde los Países Bajos a Portugal los archivos milenarios de los templarios y, tras lograrlo, fue promovido a Comendador de la Orden Templaria. Así lo explica en su crónica Ceferino de Blas, que salta a la actualidad por la búsqueda del historiador vigués Antonio Giráldez Lomba en torno a la figura de Holemans, a su vez motivada por el requerimiento del hijo del propio artista, que trabaja en reconstruir la biografía.

Pero hasta la actualidad no había conseguido rellenar este fragmento de la existencia paterna, salvo la foto de referencia y sus circunstancias. Sin embargo, las páginas de FARO ofrecían la respuesta.

El 11 de septiembre de 1945, bajo el título de "La exposición de arte marinero", FARO publicaba una fotografía de Pacheco con un texto que no identificaba a los personajes, que debían ser conocidos por los lectores. El pie de foto decía: "Entrega de diplomas a los artistas premiados que han concurrido a la Exposición organizada por la Sociedad Martín Codax". Los anónimos personajes de la foto eran un civil sonriente -el alcalde, Luis Suárez Llanos- un militar de alta graduación, que hace entrega de un diploma al premiado, y un sacerdote.

Días antes, 17 de agosto de 1945, en última página del periódico, aparecía un breve con este titular: "El pintor Karel Holemans, en Vigo". Y explicaba la noticia: "Se encuentra en esta ciudad el notable pintor flamenco Karel Holemans, magnífico intérprete de las grandes bellezas de la naturaleza. Holemans se propone pasar en Vigo tres meses, con objeto de trasladar al lienzo las innumerables bellezas de esta tierra tan pródiga en elementos de arte".

El autor de la crónica de FARO cuenta la historia de este personaje desconocido de los lectores que merecía ser protagonista de una noticia y que, días después, obtenía el primer premio de la Exposición de Arte Regional de Galicia. Al estallar la II Guerra Mundial, Holemans colabora con los nazis y, en los dos últimos años, será espía alemán en Madrid. Fue tal su relevancia durante la contienda que, al finalizar, fue juzgado en rebeldía por colaboracionista y condenado. En esos momentos se encontraba en España, país en el que se instaló y nunca abandonó, por lo que quedó sin efecto la sentencia, aunque nunca pudo regresar a Flandes.

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