| Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se infectó de ébola tras atender a un religioso, fue nombrada ayer hija adoptiva de Becerreá (Lugo) y en un emotivo discurso recordó el tiempo en el que estuvo "más muerta que viva" en un hospital de Madrid. "Soñaba con las fuentes y manantiales de Becerreá", dijo. Romero agradeció a su madre, Jesusa, y a su marido, Javier Limón, su apoyo, al personal sanitario y a quienes le han enviado cartas "desde distintas partes del mundo".