Márcate una búsqueda de "Beatles tribute" en internet. La Wikipedia ya menciona una veintena de bandas. Fiesta de los maniquíes. La banda de pop rock más importante de la historia lógicamente ha generado un reguero de camaleones musicales que se adaptan y pretenden emular lo inimitable. La grandeza de The Beatles estaba en el concepto antes que en la ejecución: en su seno no había ningún instrumentista genial a lo Eric Clapton, lo suyo era antes el arte de componer como nadie y lo que nadie, adelantarse a su presente para marcar a fuego el futuro inmediato, el mediato y el lejano, y de disco a disco zasca, cambiar de piel para reconvertirse sin dejar de ser 100% The Beatles.

¿Ante esto tiene sentido ir a ver unos émulos, por eficaces que sean? Pocas veces he visto tan desangelado el Auditorio Mar de Vigo en un concierto, así que debe tener muy, muy poco sentido. Porque luego vienen "The da Queen" y llenazo. En todo caso el carnaval musical garantizó diversión a costa de los fab four a través de unos eficaces imitadores en doble versión, yeyés y Sargento Pimienta.

The Mersey Beatles entraron saludando y vestidos de los de Liverpool en plan beatlemanía, cuando no le atizaban al LSD, solo a las anfetas. Arrancó la banda homenaje con "I Wanna hold your hand". Sonaron ciertamente muy Beatles, porque efectivamente a The Mersey Beatles se los tiene como una de las mejores bandas que imitan el sonido de Lennon, McCartney, Harrison y Ringo. Es gracioso verles esmeradamente parecidos a esos jovencísimos pre-psicodélicos, con los flequillos, los trajes negros, las elegantes corbatas. Eso sí, se traen un quinto miembro apoyando con teclado, pero la ilusión era total. En "Please Please me" el émulo de Harrison se acerca a corear al micro de "Paul" igualito que el original. El bajo de "Paul" es clavado al de Paul. Y el batería cimbrea su cabeza como el original.

Y en la segunda parte volvieron vestidos de los famosos miembros de la banda de los corazones solitarios. Clavado también. Curioso que el psicodélico submarino amarillo (de "Revolver") sonase en la primera parte y no entre "Sgt. Pepper's lonely hearts club band" y "With a little help from my friends", por ejemplo.

Por supuesto que es un placer escuchar a volumen "live" temazos como "Strawberry fields forever", pero no hubiera estado nada mal que The Mersey Beatles también hubiesen escarbado más allá de las canciones famosas y trilladas. Rescatar escondidas caras B o los temas menos radiados que sus numerosos discos ofrecen. Que no digo lanzarse al "Revolution #9" la noche entera tampoco. Después de todo el núcleo, insisto, era la fiesta-manía, los flequillos ye-yes y los trajes del sargento Pepper.

La banda pidió temas favoritos, alguien gritó "Baby's in black" y la cantaron. Se las saben todas. Y la gente coreó y aplaudió con ganas a estos Beatles falsos pero muy parecidos, se lo pasó como los niños la noche de Reyes, disfrutó el trampantojo. Prometieron volver el año que viene. Todos contentos.