Una crónica del martirio de Mariña que escribió Juan Muñoz de la Cueva, obispo de Ourense en 1719 en la que relataba la historia de una mujer que -tras negarse reiteradamente a ser la amante de un oficial romano- fue quemada viva, salvada por San Pedro y después decapitada, fue la que provocó la curiosidad del catedrático Marco García Quintela. Es la historia que celebran y representan dos veces al año los vecinos de la localidad el día de la Ascensión y el 18 de julio. Precisamente, el experto ya había reparado en alguno de sus artículos, -como "De los solsticios en los castros a los santos cristianos: la creación del paisaje cristiano en Galicia"- en las maneras diversas en que el cristianismo triunfante se adaptó a las condiciones culturales y religiosas imperantes en cada lugar.

Según ese escrito del obispo del siglo XVII, la cabeza de Santa Mariña rebotó tres veces y en cada punto dejó una fuente. Son las tres fuentes -una de ellas hoy en día dentro de la iglesia de San Tomás- con las que cuenta la localidad. Y según esa creencia todas las fuentes proceden de la santa y, por tanto, emanan "agua con propiedades" para el cuerpo y los campos, así como las Piocas da Santa, donde la mujer fue refrescada tras rescatarla del fuego. También los diferentes lugares en los que sucede el episodio de la mártir se corresponden con enclaves arqueológicos. El documental visita y explica de la mano de investigadores y vecinos cada uno de estos puntos haciendo un recorrido por la leyenda. Así se justifica un recorrido desde el Outeiro dos Pendós al Petroglifo da Vacariza en la cumbre del Monte dos Canteiros, pasando por el Castro de Armea, donde Mariña fue hecha prisionera, al Forno da Santa, en la Basílica da Ascensión construida sobre la antigua sauna castrexa y en la que se aplicó el martirio por fuego. "La interpretación es evidente: el martirio de Mariña es la justificación cristiana de la utilización primitiva del edificio", concluye García Quintela.