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Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Ocho de cada diez gallegos con déficit de audición admiten repercusiones psicológicas

Un estudio apunta a la preocupación y frustración como las principales consecuencias que sufren el 31% de personas con pérdida auditiva - La inseguridad y la desconfianza afectan a un 15%

Ocho de cada diez gallegos con dificultades auditivas reconocen haberse visto afectados psicológicamente, según un estudio elaborado por la empresa "Oi2" entre gallegos con pérdida auditiva con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad en Galicia. Según el estudio, la preocupación y frustración es la principal consecuencia psicológica que dice sufrir el 31% de los gallegos con pérdida auditiva, por delante de la inseguridad y desconfianza (15%), aislamiento (8%), ansiedad y estrés (8%) o autocrítica y baja autoestima (8%). Es una discapacidad sensorial; es decir, no se nota en la apariencia física de la persona que la sufre y eso condiciona una serie de elementos de disconfort en la comunicación.

Por el contrario, según el estudio, solamente el 15% restante afirma que su deficiencia auditiva no les ha supuesto ningún efecto psicológico negativo.

Además, el 64% de las personas con déficit de audición entrevistadas en Galicia aseguran que no se sienten discriminadas por la sociedad debido a su discapacidad auditiva, mientras que el 36% restante opina que en algún momento se ha sentido de esta forma a causa de su dolencia.

El estudio de "Oi2" abordó con los encuestados las mejores maneras de prevenir los problemas de audición para los gallegos. Tres de cada diez creyeron que el mejor remedio es evitar situaciones de exceso de ruido, seguido de moderar el uso de auriculares (19%) y reducir a un volumen moderado los equipos electrónicos (19%). A ello se suma utilizar protección en ambientes con niveles altos de ruido (19%) y evitar el uso de bastoncillos (6%). Por otro lado, el seis por ciento de los encuestados cree que no es necesario tomar ningún tipo de medida especial de prevención.

Datos recientes revelaron que la sociedad está cada vez más concienciada sobre los problemas de ruido. Nueve de cada diez españoles ve la falta de audición como un problema de salud y el 56% tiene algún familiar con este trastorno, según ha mostrado una investigación de la misma compañía. Las personas con problemas de este tipo tienen más riesgo de sufrir demencia, desarrollar síntomas depresivos o sentir agotamiento físico y mental.

Además, ayer la Federación de Asociacións de Persoas Xordas de Galicia (FAXPG)firmó un convenio de colaboración con GAES -gracias a la Fundación Solidaridad Carrefour- por el que donará prótesis auditivas y otras ayudas técnicas a familias con escasos recursos gracias a la ayuda recibida de 30.000 euros. El material irá dirigido a familias con niños sordos de entre 0 y 6 años, así como para dotar de medios técnicos y materiales el aula de logopedia de la Federación.

A.E. - Diplomada en Relaciones Laborales

"Cuando me quedé sorda no evalué la magnitud de perder un oído; con el tiempo, solicité ayuda"

A.E. es una viguesa de adopción que nació hace 42 años en A Coruña y sabe que la vida no es fácil, pero casi nunca escatima una sonrisa. Justamente hoy acaba su contrato en la Asociación Down Vigo, donde trabajó durante un año con personas discapacitadas. "He tenido mucha suerte en la vida", repite esta inquieta diplomada en Relaciones Laborales, a pesar de que hace cinco años y de forma inesperada perdió la audición del oído izquierdo, el 95%. ¿La causa? Un resfriado común y, sobre todo, la falta de atención en un centro sanitario, donde le diagnosticaron "mucosidad derivada de un catarro", sin prescribirle fármaco alguno. Cuando volvió a la médica de familia un mes después, sin síntomas de gripe pero sin audición, pidió ver a un especialista. Allí le explicaron que un virus había afectado al nervio del tímpano de forma irreversible. "Aún recuerdo a veces a aquella doctora", reconoce.

Los cambios en su vida desde entonces fueron drásticos, aunque paulatinos. Pasó de escuchar música a diario, casi a todas horas, a necesitar el silencio. De trabajar con el teléfono pegado a la oreja, a no poder seguir dos conversaciones simultáneas en una oficina. De salir de pubs con amigos, a sentir la necesidad de aislarse para poder seguir conversaciones con música de fondo. En el fondo, a estresarse por no lograrlo. Hoy A.E. visita a una psicóloga. Reconoce que entonces no evaluó la magnitud de lo que se avecinaba. "Cuando me quedé sorda no pensé en la gravedad de perder un oído. De que realmente es una seria discapacidad", asegura.

"Trabajo con gente discapacitada que es muy capaz y quizás ellos no me recriminen si pregunto tres veces porque no entendí algo bien", asegura. "No entiendo a la gente cuando le digo que me hablen al otro oído porque soy sorda y se ríen". Sin embargo, A.E. se identifica "totalmente" con el 85% de los encuestados que aseguran verse afectados psicológicamente por su falta de audición. "Cuando voy en coche y me pitan, pienso... ¿se imaginarán que no escucho de un oído?", reflexiona. "Me gustaría que la gente tuviese más empatía con los dispacacitados y que no se tomen a broma los cuidados de los órganos sensoriales, ya que los utilizamos inconscientemente más de lo que creemos".

Y es que mientras los aficionados al fútbol celebraban la victoria de de España en la Copa Mundial de Sudáfrica 2010, A.E. vivía aquel catarro que la tumbó en cama ese verano y que, silenciosamente, se llevó su sentido del oído izquierdo. Eso sí, no quiere dramatizar. "Pudo haber sido peor, al menos no me afectó al vértigo", razona. Y esta luchadora ha tardado cinco años en que reconozcan su incapacidad, por lo que agradece el tesón de la Federación de Asociacións de Persoas Xordas de Galicia ubicada en la calle Romil. "Luché por el certificado de discapacidad apoyada por una psicóloga que no me dejó desistir. Así tendría una ayuda a la hora de buscar empleo; aunque ojalá no fuera merecedora del mismo", matiza A.E. Ahora y en tono jocoso, comenta: "¿Lo positivo? Total, para lo que hay que oír la mayoría de las veces...".

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