El alga parda Sargassum muticum, natural de las augas de China y Japón, figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente. Desde su llegada a España en 1985 -con una primera localización en Guipúzcoa- hasta ahora, ha colonizado gran parte de la costa española, incluida la gallega. Desde hace años, un grupo de investigación de la Universidade de Vigo ha estudiado sus propiedades para confirmar ahora su uso cosmético debido a su poder antioxidante. Científicos de la Universidade de Santiago de Compostela también han colaborado con ellos para evaluar si los procesos de extracción de sus componentes útiles son buenos o no para el medioambiente.

Los resultados se aúnan en una tesis del Departamento de Enxeñaría Química de la USC, "La sostenibilidad medioambiental de moléculas bioactivas de organismos marinos", dada a conocer ayer y firmada por la doctora ferrolana en Ingeniería Química Paula Pérez.

"Este es un proyecto europeo con diversas empresas y universidades europeas para desarrollar procesos de cultivos de organismos marinos de manera sustentable", explicaba ayer la investigadora a este diario.

En el caso de la Sargassum muticum, "nuestros colaboradores en la Universidade de Vigo (un proyecto dirigido por la catedrática Herminia Domínguez, del departamento de Ingeniería Química en el campus de Ourense que el pasado mes de junio publicaron nuevos descubrimientos en la revista Marine drugs) desarrollaron una ruta de procesos para separar la fracción de interés del resto del alga". A este trabajo, se sumó el del departamento de Enxeñaría Química de la USC con Maite Moreira, Gumersindo Feijoo y Paula Pérez.

Además del alga Sargassum multicum, la tesis de Paula Pérez también se fija en otros compuestos interesantes para la biotecnología azul. Ésta se refiere "al uso de aplicaciones tecnológicas para producir a partir de organismos vivos marinos, productos de interés", según explica la doctora.

Otra alga de interés incluida en su trabajo es la Tetraselmis suecica. "Cuenta con varios compuestos de interés, como carotenoides, alfatocoferol, ácidos grasos poliinsaturados del grupo Omega 3 y 6, con aplicaciones como antioxidante en el uso cosmético", detalla, para añadir que "otro grupo colaborador de la universidad compostelana cultivaba esta microalga para, después, extraer conclusiones, sin darse áun pasos para la comercialización".

Otro organismo marino cuyos elementos se pueden aprovechar es la esponja marina Crambe crambe, localizable ésta en rocas del Mediterráneo. Investigadores de la Universidad de Niza Sofia Antipolis han localizado en ella dos moléculas con propiedades antitumorales.

Todas estas investigaciones se circunscriben a la biotecnología azul. Al respecto, desde la Universidade de Compostela, Paula Pérez explicó que "aunque esta tecnología lleva una trayectoria de 50 años descubriendo e identificando compuestos en organismos, nosotros creemos que esto aún está comenzando. Ahora ya estamos en el proceso de cultivar la cantidad suficiente de organismos para obtener los compuestos. En los próximos años, mejoraremos para avanzar en tecnología y llegar a una escala comercial. Los ecosistemas de los mares poseen un gran potencial al acoger a muchos organismos que pueden producir numerosos compuestos que son imposibles de obtener de otra manera".