Los líderes de las dos mayores potencias mundiales -y las más contaminantes- el estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping, dejaron ayer patente en un encuentro bilateral su intención de trabajar juntos durante la cumbre climática COP21 de París para lograr un acuerdo, revisable cada cinco años, que logre reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así evitar el calentamiento global. Una coincidencia muy prometedora.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció por su parte una ley de cambio climático. Dijo que, junto al resto de socios europeos, ha asumido el compromiso de reducir las emisiones en al menos un 40 por ciento en 2030 con respecto a 1990.

Las sesiones se iniciaron ayer en la capital francesa y se extenderán hasta el día 11 con más de 150 jefes de Estado y de Gobierno y, en conjunto, representantes de 175 países. La cumbre, que se desarrolla en el parque de exposiciones de Le Bourget, al norte de París, pretende dar continuidad al protocolo de Kyoto, de 1997 -no fue suscrito ni por EEUU ni por China- y, de esa manera, lograr que la temperatura media del planeta no suba más allá de dos grados centígrados en 2100 sobre las cifras actuales.

El presidente Obama afirmó que "uno de los enemigos a los que nos enfrentamos en esta conferencia es el cinismo, la presunción de que no podemos hacer nada ante el cambio climático. Pero tenemos que reafirmar nuestros compromisos, y asegurarnos de que los recursos llegan a quienes lo necesitan, y ayudar a los países más vulnerables a hacer frente a los desastres relacionados con el clima". Por su parte el presidente Xi indicó que "más allá de los gobiernos, debería movilizarse al sector empresarial, a las ONG y a todos los actores de la sociedad" y respecto a China y EE UU propuso que "se asocien el uno con el otro para ayudar a que la conferencia climática logre los objetivos esperados".

La implicación de China y EE UU es fundamental para alcanzar un verdadero acuerdo mundial y evitar un fiasco como el vivido en la cumbre de Copenhague, en 2009. En todo caso, el presidente estadounidense eludió entrar en la cuestión de si el pacto debe o no ser vinculante, algo que demanda buena parte de la comunidad internacional. Pidió que se tengan en cuenta las diferencias que separan a cada Estado.

China es el mayor emisor mundial de dióxido de carbono. "Hace falta que en París rechacemos las visiones estrechas y llamemos a todos los países, en particular a los que están en desarrollo, a asumir su responsabilidad para lograr una solución que nos beneficie a todos", indicó Xi.

El anfitrión, el presidente fracés François Hollande, fue muy rotundo en la solemne apertura de la cumbre. Afirmó que "los países más pobres son los que menos contaminan, pero son al tiempo los más afectados. Hay que buscar justicia climática. Estamos ante el abismo. Hay que reaccionar". La cumbre aspira a que, en el acuerdo final, se incluya un fondo verde de 94.600 millones de euros anuales a partir de 2020 para ayudar a los países más pobres que son los más perjudicados por el cambio climático.