Según este periódico, Bodur Ahmed Shaker murió en un centro médico en Maghagha, a 250 kilómetros al sur de El Cairo, durante la intervención quirúrgica, aunque la médico que llevaba a cabo la operación desmintió el hecho y aseguró que la joven ya había ingresado muerta.

El examen forense ha demostrado que la chica murió por un exceso de anestesia, siempre según "Al Masri al Yum".

"Cuando fui a la clínica a preguntar por mi hija, me encontré con mi otra hija pidiéndome que hiciese lo posible por rescatar a su hermana Bodur", explicó la madre, quien además también acusó a la doctora de haberle ofrecido 15.000 libras egipcias (unos 2.600 dólares) por no denunciar el incidente.

El caso ha trascendido la posible negligencia médica y ha puesto en la luz pública la pervivencia del rito de la ablación de clítoris, que todavía se mantiene muy arraigado en muchas familias egipcias.

Además, el suceso también ha demostrado la connivencia en muchas ocasiones del estamento médico con este rito atávico que ha sido denunciado en multitud de ocasiones por las organizaciones de derechos humanos.

Clérigos musulmanes egipcios, incluida la máxima autoridad en este país, el Gran Mufti, han dicho que la circuncisión femenina no es un deber islámico y han llamado a las familias a renunciar a esta costumbre.