Este colectivo reclama a las Administraciones públicas la habilitación de medios humanos y materiales, como alojamientos, rentas básicas y seguimiento de los servicios sociales, para que aquellas personas que se dedican a la prostitución puedan reintroducirse en la sociedad, si así lo desean.

De las tres respuestas posibles a este fenómeno -abolición, prohibición o regulación-, la asociación apuesta por la primera vía, en cumplimiento de la Declaración de los Derechos Humanos.

"Hablar de prostitución es, moleste a quien moleste, hablar de los derechos humanos de las mujeres, de derechos sexuales y reproductivos, del derecho a unas condiciones de vida dignas y de la erradicación de las condiciones sociales, culturales y materiales que empujan a la mujer al ejercicio de la prostitución", según esta organización.

La asociación reivindica además "el derecho de los hombres a no ser socialmente encasillados en un rol sexual violento y en un concepto denigrante de esclavo de sus propios impulsos".

En la España de los clubes de carretera, los clubes de alterne, los anuncios por palabras, existen hombres que, desde el apoyo a los postulados feministas, se oponen a que el cuerpo femenino, masculino o infantil se convierta en capital propiedad de ´empresarios´ sin escrúpulos para prestar ´servicios´ a los hombres, añaden.

La asociación se presentó en el Ateneo de Madrid dentro del ciclo de conferencias "El poder de la palabra en defensa de los Derechos Humanos".