Barrios de aire español, italiano, francés o británico, que reproducen con más o menos fidelidad la arquitectura popular europea, nacen como setas en las afueras de ciudades como Pekín o Shangai, con nombres tales como "La Provenza del Este", "Merlin Champagne" o "Eurovillage", entre otros.

Ofrecen a la nueva clase media china la posibilidad de vivir como en la campiña inglesa, el Mediterráneo o la costa adriática, por lejanos que estén esos lugares.

España no se libra de estas modas, y tanto Pekín como Shangai cuentan con barrios que reproducen el estilo de los pueblos de la geografía hispana.

El barrio "Casa Solariega" ("Yinghai"), de casas encaladas y rojos tejados al estilo andaluz en las afueras de Pekín, fue inaugurado en 2005 en una fiesta en la que no faltó el flamenco y la tortilla de patatas.

Sus habitantes, según contó en su día el promotor de la urbanización, Zhao Zhiyong, son chinos con alto poder adquisitivo que en muchos casos han residido largas temporadas en el extranjero y se han acostumbrado a vivir al estilo occidental, alejados del humo y las casas grises del centro de Pekín.

Más ambicioso es el proyecto de Shangai, que se lleva gestando más de tres años: toda una ciudad a la española, en la que cabrán 100.000 habitantes, y que está siendo diseñada por el arquitecto español Javier Gómez Pioz.

El ayuntamiento de Shangai, de hecho, tiene el proyecto de crear nueve grandes pueblos alrededor de la ciudad, cada uno al estilo de un país.

Pioz contó divertido, cuando se le adjudicó el proyecto de la llamada "Ciudad de España", que tuvo que luchar con algunos tópicos incrustados en los gobernantes chinos: algunos pensaban que debería copiar el estilo de una ciudad mexicana, o incluso el de la mansión de Julio Iglesias en Miami.

Las afueras de Shangai ya cuentan, de momento, con una ciudad medieval británica, la llamada "Thames Town" ("Ciudad del Támesis"), inaugurada en 2006 y que se ha convertido en objeto frecuente de chanzas en la prensa londinense.

Césped, calles empedradas, estatuas de Winston Churchill y viviendas de ladrillo rojo y estilo victoriano componen un barrio que difiere de las ciudades británicas en el hecho de que las casas están mucho más apiñadas y carecen de un jardín a su alrededor, debido a lo caro y demandado que es el suelo edificable en Shangai.

No faltan torres, molinos y pubs para disfrutar de una pinta de cerveza negra en este surrealista paraje británico en plena China, que hoy día acoge a una importante comunidad de chinos anglófilos.

Viajando un poco más al sur de China, en la ciudad de Hangzhou -admirada por el veneciano Marco Polo hace ocho siglos- se puede encontrar algo todavía más increíble, nada menos que una copia de Venecia, sus canales, su plaza de San Marcos y su Puente de Rialto.

Pintada en vivos colores y con cierto aspecto de decorado de película de bajo presupuesto, esta Venecia "pirata", en las afueras de la turística ciudad, es uno de los más chocantes ejemplos de la fiebre constructora china.

"Muchos chinos quieren saber cómo es Europa, por lo que para ellos es interesante venir hasta aquí", señala uno de los responsables de esta Venecia china, lugar donde también se celebran ferias internacionales y exposiciones.

Pero para muchos chinos hablar de Europa es pensar en el "chic" francés, por lo que son las urbanizaciones con nombres y características galas las que más abundan en el país.

En las afueras de Pekín, muchas villas imitan las casas campestres provenzales o de la Costa Azul, caso de la antes mencionada "Provenza del Este", edificada por el constructor chino Zhang Yuchen.

Zhang ha llevado su amor por Francia al extremo de construir cerca de una de estas urbanizaciones un castillo que es copia exacta de otro en las afueras de París.

El edificio es una fiel reproducción del castillo de Maisons, pero, curiosamente, toma el nombre de otro "chateau" francés, el de Lafitte, cercano a Burdeos.

No debe olvidarse que, además de estas nuevas "Eurotowns", las potencias coloniales europeas dejaron en las ciudades del país asiático importantes muestras de su arquitectura en los siglos XIX y XX.

Los más famosos son los barrios de estilo francés e inglés de Shangai, pero aún más sorprendentes son las villas y calles de estilo bávaro que se conservan todavía en Qingdao (este), vieja colonia alemana.

O el barrio ruso, con catedral ortodoxa incluida, que la ciudad de Harbin (noreste de China) ha convertido en uno de sus principales reclamos turísticos.