Ficción y hechos se reparten a la mitad el protagonismo en el libro que la autora gallega Cristina Sánchez-Andrade ha dedicado a la mujer que recortó las faldas, que conoció a Picasso, que amontonó dinero y que, no obstante, murió sola: "Coco". Chanel, por si había dudas.

- ¿Sintió vértigo al enfrentarse a un icono de tal calibre?

- No, hay cierto riesgo porque es un personaje conocido por todos y puede que no satisfaga a todo el mundo la imagen que doy, pero da igual porque yo pretendía hacer mi personaje. Lo que yo quería presentar era la otra cara del glamour.

- Que es un icono, pero tendría un lado humano, ¿no?

- Me gustan estos personajes trágicos e intensos, pero la verdad es que el lado humano me ha sido difícil encontrarlo. Era una persona con ideas muy fijas y que fue haciéndose una resentida a lo largo de su vida, algo que proyectaba en los que rodeaba. Y la mayor prueba de que no debían de quererla mucho es que se murió sola en una suite.

- A pesar del dinero...

- Al final de su vida, como no tenía nada más que la soledad y el dinero, pagaba a la gente para que le hiciera compañía.

- ¿Por qué fascina aún?

- Porque abrió brecha en muchos sentidos: en el mundo de la moda y de la mujer, y tenía, pese a sus defectos, un talento y un carisma impresionantes. En la moda sigue influyendo y respecto a la mujer, supo darle lo que necesitaba en ese momento: a través del vestido le dio libertad de movimientos.

- ¿Fue fundamental su aportación de la falda corta?

- También puso pantalones a la mujer. Tampoco lo hizo pensando en liberar a la mujer, sino creyendo que era lo más adecuado. Lo que hizo fue liberar a la mujer de estorbos como corsés... Sin darse cuenta se convirtió también en esa abanderada del mundo femenino, pero ella no era tan feminista, era bastante dura con sus empleadas, por ejemplo.

- ¿Qué queda de ella en el Chanel de ahora?

- Su ropa no tiene nada que ver con la ropa Chanel de ahora. Cuando ella vivía no sólo vestía a la aristocracia y además sus ropas eran amplias.

- Destaca su rebeldía, que la sacó, junto con el talento, de sus orígenes humildes.

- Sin esa rebeldía, ella no hubiera sido quién es.