Los once artistas ofrecen miradas muy diferentes sobre la realidad que les rodea, pero todos ellos están comprometidos con su lugar de origen o con una comunidad concreta de personas y han tratado de captar su propia identidad a través de la cámara.

"Es el momento de celebrar lo local. La globalización ha cubierto el mundo con un manto único que resta importancia a la cuestión de dónde vivimos", dijo hoy el comisario de la exposición, Paul Wombell, director del Festival de Fotografía de Hereford (Gran Bretaña), al presentar la exposición y resumir el espíritu que ha guiado el trabajo de los artistas participantes.

En "Local, el final de la globalización" se muestran más de cien fotografías realizadas por Hans Aarsman y Hellen Van Meene, ambos de Holanda; Shelby Lee Adams (Estados Unidos), Tom Hunter y Jem Southam (Reino Unido); Hashem El Mandani (Líbano), Boris Mikhailov (Ucrania), Massimo Vitali (Italia), Karlheinz Weinberger (Suiza), Li Tianbing (China) y el barcelonés Xavier Ribas.

Según Wombell, la mayoría de estos fotógrafos "no hacen una crítica abierta de la globalización", pero, al ver la obra de cada uno ellos, se puede observar "el compromiso constante" que mantienen con el lugar en el que han desarrollado su trabajo y con su gente.

Dentro de esa visión local, Aarsman se centra en su ciudad natal, Amsterdam, y en la constante evolución de esta urbe, mientras que Adams regresa cada año a Kentucky para visitar a una comunidad rural que vive en las montañas Apache y reflejar en sus fotografías el choque entre los nuevos modos de vida que han adoptado y su anterior cultura rural.

Las imágenes de gran formato de Tom Hunter, que vive en el East End londinense y recrea sucesos escabrosos ocurridos en ese barrio, contrastan, por ejemplo, con los rostros que ofrece al visitante Hashem El Mandani, que lleva más de cincuenta años trabajando en un pueblecito del sur del Líbano.

Mikhailov retrata a los "sin techo" de su ciudad natal, en Ucrania, mientras que Li Tianbing refleja la vida en las aldeas de China a lo largo de 70 años, y Jem Southam muestra los cambios que ha experimentado la región costera del sudeste de Inglaterra.

Lugares de Barcelona que han quedado fuera de la regeneración y la globalización es lo que ofrece al visitante el catalán Xavier Ribas, en una mirada sobre lo local muy distinta a la de Van Meene, que refleja la vulnerabilidad del cuerpo humano, o a la de Weinberger, cuyas fotografías muestran a adolescentes rebeldes de los años cincuenta.

Los cambios que la industrialización ha impuesto en las playas de la costa ligur se observan en las fotografías de Vitali que forman parte de esta exposición, inaugurada hoy por Álvaro Ballarín, director general de Archivos, Museos y Bibliotecas, que estuvo acompañado por Claude Bussac, directora de PhotoEspaña, y por Wombell.

Ballarín calificó la globalización de fenómeno "apasionante y controvertido", y se mostró partidario de hacerla compatible con "la identidad, con lo local y con la autenticidad", como intentan conseguir algunos de los artistas participantes en la exposición.