Con su denuncia, la joven tokiota Maya Koizumi tan sólo pretende que se anule su expulsión del colegio privado donde estudiaba para poder terminar los meses de formación que le quedaban antes de graduarse y empezar a continuación la carrera universitaria de enfermería.

La publicación del catálogo tuvo lugar el pasado verano, a continuación el centro pidió a la joven que se diese de baja voluntariamente, a lo que ella no accedió, por lo que el centro tomó la decisión de expulsarla definitivamente.

Entonces, Koizumi envió una carta de arrepentimiento al colegio y pidió que se la readmitiese ya que quería concluir sus estudios junto con el resto de sus compañeros de promoción, pero el centro no accedió.

Fue en ese momento cuando la joven optó por recurrir a los tribunales para solventar la cuestión.

En la vista oral previa al juicio, la dirección del colegio argumentó que la acción de la joven viola las regulaciones del centro, a pesar de que ninguno de los artículos del reglamento prohíbe expresamente trabajar como modelo o ninguna actividad similar, según el rotativo.