La Yerbabuena, que actúa hoy en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid con su espectáculo "Santo y Seña", se enorgullece cuando se le pregunta por el papel del flamenco como danza de primer nivel y pone de manifiesto que, aunque ese reconocimiento "ha costado y no ha sido fácil", se ha logrado que ahora ese género esté "dentro de programación".

La artista granadina, Premio Nacional de Danza 2001, define "Santo y Seña" como un montaje "muy sencillo pero muy bonito", en el que aparca la imagen de "mujer vestida de negro" para dar paso a una escenografía y a unas coreografías -síntesis de anteriores obras- más coloristas y optimistas.

No obstante, advierte que en el primer número "va de negro" porque para ella el negro no es luto ("quizá el blanco sea más luto para mí"), sino signo de madurez.

De sus inicios en el mundo del baile -comenzó a bailar en Granada con sólo 12 años de la mano de Enrique "El Canastero", de Angustillas "La Mona" y de Mario Maya -, afirma que aunque hay momentos malos y difíciles, "en los que te vienes abajo, siempre tienes a gente alrededor y cuando tienes un hombro sobre el que llorar, ese apoyo se nota".

"Son realmente mis principios de los que no me quiero olvidar", declara Eva Yerbabuena, quien recuerda con especial cariño la primera vez que salió de casa para actuar, los consejos de sus maestros, que no sólo hablaban de coreografías, sino de "vivencias", y a todos aquellos compañeros que aunque se quedaron por el camino siguen mostrándole su apoyo.

Entre otros reconocimientos, Eva Yerbabuena obtuvo, además del Premio Nacional de Danza, el galardón británico "Time Out" en 2003 y es considerada una de las grandes figuras del flamenco del siglo XXI.

Cuando se le pregunta por estos premios, la Yerbabuena exclama: "¡qué miedo!", ya que para ella, el significado de tanto reconocimiento no es otro que saber que cada vez que pisa un escenario tiene una gran responsabilidad.

Se define como una mujer sencilla, humilde, que "trata de ser persona, porque no siempre se consigue", y como una artista "inquieta e inconformista".

"No me gusta agobiar ni que me agobien", matiza la bailaora, quien confiesa que cada vez que pisa un escenario intenta dar todo lo que tiene, "no hay nada que me guarde para mí y ese es el único deseo al que me aferro: que cada vez que salga, pueda seguir dando eso y trabajar con esa ilusión y que la gente siga disfrutando".

Entre los referentes que han marcado el baile de La Yerbabuena, destacan Pilar López, La Argentinita, Carmen Amaya, Farruco, Mario Maya, Matilde Coral y otra muchas personas, como ella misma afirma.

Respecto a su técnica, asegura que no tiene ningún conocimiento de danza contemporánea y se nutre de la observación de otro tipo de bailes, como el clásico o el contemporáneo, para enriquecerse.

"Bebo de lo más ortodoxo, pues creo que el reto es ser lo más personal posible, no trato de inventar algo, yo quiero llegar a sentir el aire por la yema de mis dedos, de mi piel, el poder jugar y hacer dibujos con el cuerpo y transmitir", señala.

"Hay una cosa que me encantaría que siempre fuese así, que me respeten mi vida privada, y para que te respeten, tienes que respetar", aclara La Yerbabuena tras ser preguntada por la detención de Isabel Pantoja, quien actúa esta noche en Valladolid, una hora después que ella.

En 2008, Eva Yerbabuena visitará de nuevo el festival que organiza en Wuppertal (Alemania) la coreógrafa Pina Baush y celebrará el décimo aniversario de la fundación de su Compañía, para lo que está "maquinando" ya una nueva producción.