X.M. del Caño / OURENSE

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reivindicó la vocación europeísta de Galicia en el Pazo Museo Ramón Otero Pedrayo en Trasalba, dentro de los actos conmemorativos del cincuenta aniversario de la firma de los tratados que dieron origen a la Comunidad Económica Europea, de la que esta comunidad autónoma forma parte desde hace 21 años. Pérez Touriño resaltó que la europeidad de Galicia tiene raíces "muy profundas y antiguas. El propio nombre del país nos remite a Roma, que fue quien nos bautizó como galaicos y quien decidió denominar como Gallaecia a una amplia porción del noroeste ibérico".

El acto contó con la intervención del presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares, de cuatro alumnos del colegio de Trasalba, Víctor Fernández Freixanes, en su condición de presidente de la Fundación Otero Pedrayo, y la presencia del ex presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor; del presidente de la Diputación, José Luis Baltar, y de los ex conselleiros de Cultura, Alfredo Conde y Daniel Barata.

El presidente de la Xunta indicó en su intervención que "la apuesta gallega por la Unión Europea, por una Unión Europea que también apuesta por Galicia, es clara y no tiene vuelta atrás". Resaltó que el balance de la participación gallega en la vida comunitaria "es extraordinariamente positivo". Y añadió: "Estoy convencido de que esta afirmación es compartida por la inmensa mayoría de una ciudadanía que incorpora día a día el sentimiento europeo a sus señas de identidad".

Touriño sostiene que fueron "perjuicios recientes los que compusieron una imagen histórica de Galicia como país remoto y aislado, cerrado en si mismo". Pese a ese tipo de circunstancias y complejos, resaltó que Galicia "siempre fue una tierra abierta a todas las tierras, una periferia continental que ejerció, consecuentemente, como centro de las rutas marítimas que enlazaban el Mediterráneo con el Atlántico".

El presidente de la Xunta resaltó que la interrelación entre Galicia y Europa alcanza "un momento de auténtico privilegio" en los años dorados de la Compostela medieval, cuando miles de peregrinos encaminan sus pasos hasta una ciudad "capaz de alinearse con Roma y Jerusalén, como cabeza y faro de la cristiandad".

Legado

Touriño considera que Galicia "mantiene el legado de aquel tiempo, que nos dejó puentes y caminos, las grandes catedrales, la lengua de los cancioneros y la espléndida ciudad xacobea, que es en si misma un compendio sensitivo de la viaja Europa".

Hizo referencia a la frase de Vicente Risco sobre la necesidad de "poñer en galego a cultura europea", que fue plenamente asumida por Otero Pedrayo. Sostiene que esa consigna se constituyó en "un programa renovador e incluso revolucionario", que contrasta con el alto grado de conservadurismo y de lo apagados al pasado que permanecían en otros aspectos algunos de los miembros de la Xeneración Nós.

Presentaron la reedición de Arredor de si, de Otero, y un ensayo de Touriño. Descubrieron una placa de bronce dedicada a la Xeneración Nós, en el Día de Europa, obra de Buciños.