Asiduo de Sitges, Gilliam ha presentado hoy una fábula desesperada en la que la acción recae sobre una niña hiperactiva con una imaginación desbordada, hija de una pareja a la que ve morir de sobredosis.

La película parece que hirió sensibilidades o simplemente no gustó a la mitad de la audiencia del Festival de San Sebastián, hecho sobre el que el realizador ha bromeado en Sitges diciendo que "me han dicho que el público de aquí tiene más cerebro".

Gilliam ha recomendado que se vea el filme "a través de los ojos de un niño" y "deshaciéndonos de nuestros prejuicios", sobre todo si se tiene en cuenta que lo que narra la historia es el reflejo de una niña sin amigos reales y muchos imaginarios que conjuga su imaginación infantil con la repetición de actitudes y pautas de comportamiento de padres enganchados a la heroína.

Vestido con una camisa de mil colores, el realizador ha presentado el filme de producción del Reino Unido y Canadá como "mi favorito" y "muy interesante para mi porque divide a la audiencia".

Ha explicado que tenía 62 años cuando hizo la película y con ella "al final he descubierto mi ´niño interior´, que es una niña".

Ha bromeado con la presentadora de la sesión festivalera, la periodista Fina Brunet, al ver su película presentada como "Timeline" en lugar de "Tideline", supuesto filme el de "Timeline" "que yo no he visto".

Realizado en 2005, "Tierra de mareas" o "Marismas" es una mezcla surrealista y tenebrosa a veces, e interesante otras, de Alicia en el País de las Maravillas, cuento real que acompaña a la niña durante el filme, con escenas de "Psicosis" cuando juega con el cadáver de su padre, muerto también de sobredosis.

En ese viaje hacia "el país del más allá" o a "yonquilandia", basado en una novela de Match Cullin y de casi dos horas de duración, Jeff Bridges interpreta el papel del padre de la pequeña Jellyza Rose.

Por otra parte, en la sección de estrenos del festival "Premiére" se ha proyectado hoy "Children of Men" (hijos de los hombres), un largometraje futurista del mexicano Alfonso Cuarón ambientado sobre todo en Londres.

Cuarón, que se dio a conocer en 1995 con "La Princesita" y más recientemente, en 2004, con "Harry Potter y el Prisionero de Azkaban", ha estrenado en el Festival Internacional de Cine fantástico de Sitges un filme de producción británica y estadounidense que recrea un mundo dentro de una veintena de años con ataques terroristas, violencia, sectas enfrentadas y sobre todo "guerra total a la inmigración".

El protagonista es Clive Owen en una película con reparto de lujo en la que participan también Julianne Moore y Michael Caine.

Owen es un burócrata desilusionado que en una de las escenas come con un ministro en una mesa presidida por el "Gernika" de Picasso salvado o expoliado del caos que impera en el planeta.

En el mundo de desastre e infertilidad que plantea la película las mujeres no son fértiles y la persona más joven que existe muere a los 18 años.

"Children of Men" deja sin embargo una puerta abierta a una especie de esperanza futura con el embarazo y parto de una joven inmigrante clandestina negra.