Ágatha de Santos / VIGO

Tras el éxito de "Señálame un imbécil y me enamoro", la escritora ourensana Noe Martínez regresa con "Él, mi último pelo de tonta" (Ézaro Ediciones), su tercera novela, una historia llena de situaciones llevadas al máximo donde retrata el universo femenino con mucho sentido del humor. Ayer estuvo en la Feria del Libro de Vigo firmando ejemplares de este libro que, según su autora, sigue la estela de las anteriores.

- Esta novela plantea situaciones cotidianas llevadas al máximo. ¿Cualquier circunstancia puede tratarse con humor?

- Creo que acostarte sin haberte reído de algo es un vacío. Hay situaciones muy dramáticas todos los días, pero también otras de las que podemos reírnos.

- ¿También hay que reírse de uno mismo?

- Sobre todo de uno mismo. Esta novela, como las anteriores, está llena de mí misma y de situaciones de la vida real que me han sucedido o que me han contado o he leído en el periódico. Mis personajes se gobiernan solos y se hacen a sí mismos. Escribir me sirve de terapia porque me preguntó qué habría hecho yo o qué me habría gustado hacer en determinada situación.

- Las protagonistas de esta historia tienden a hacer afirmaciones categóricas que luego no se cumplen. ¿La mujer es así de tajante?

- Nosotras nos inclinamos por tener una opinión sobre todo. Si no, no nos sentimos seguras.

- ¿Quién es ese "último pelo de tonta"?

- Todas tenemos uno en la vida, alguien que por lo que sea no te deja descubrirte como persona y hasta que no lo superas no te das cuenta de que has ganado estando si él. Las mujeres tendemos a esperar que otros nos haga felices, aunque sólo sea medias, pero la felicidad empieza por una misma.

- ¿Dónde transcurre la historia?

- En Vigo y Ourense. No puedo ambientar mis novelas en otras ciudades cuando están llenas de giros gallegos. Todo pasa en 24 horas, durante la preparación de una despedida de soltera. Es la última reunión de cuatro chicas, de treinta y tantos años, antes de que una de ellas se case. Sus amigas creen que es muy joven para casarse e intentarán que recapacite. Pero al final, una serie de circunstancias hará que la situación de todas, menos la que se va a casar, camben radicalmente. La despedida de soltera es sólo la excusa para hablar de la amistad y de la confianza.

- ¿Sus novelas tienen eso que llaman guerra de sexos?

- No. Son historias protagonizadas por mujeres, pero no escribo sólo para mujeres. El problema es que en el mundo literario siempre han predominado los hombres y ahora piensan que llegamos nosotras a quitarles el pastel y sólo venimos a ocupar nuestro espacio. Es hora de superar los pudores y de que se nos dé la oportunidad de construir.