Por sexto fin de semana consecutivo los jóvenes ocuparon la Puerta del Sol, aunque en esta ocasión no convocaron una sentada sino una manifestación que desde este lugar recorrió las calles de Mayor y Bailén hasta llegar a la Plaza de la Marina, donde se localiza el Senado.

La marcha, convocada por la Asamblea contra la Precariedad y por una Vivienda Digna, estuvo encabezada por una pancarta en la que se podía leer "La vivienda es un derecho, no un negocio".

Los manifestantes, a ritmo de ´batucada´, corearon eslóganes como "Qué pasa, qué pasa, que no tenemos casa".

Tras la pancarta principal, varios manifestantes mantearon durante todo el recorrido una red repleta de globos como símbolo de la burbuja inmobiliaria y del actual modelo de crecimiento.

Para Iñigo Rejón, uno de los portavoz de la asamblea contra la precariedad, los globos también representan al medio centenar de detenidos en anteriores convocatorias, así como a los 17 imputados acusados, entre otros cargos, "de desorden, resistencia a la autoridad y atentado a la autoridad", explicó.

"Algunos se enfrentan a penas de prisión de 2 y 3 años", aseguró Rejón quien añadió que dos manifestantes con huchas recorrieron la manifestación a fin de recaudar dinero para costear la defensa de los imputados.

En la protesta pudo verse a los miembros del colectivo "Rompamos el Silencio" que a las 12.00 abandonaron el antiguo cine Bogart, así como a varios manifestantes que pintaron algunas farolas con el número 47 en referencia al artículo de la Constitución Española que recoge el derecho a tener una vivienda digna.

Al término de la manifestación y ya frente al Senado, uno de los participantes en la marcha leyó un comunicado en el que destacaron el modelo de crecimiento español sostenido, a su juicio, "en el endeudamiento de la población trabajadora".

"Corrupción, especulación y prevaricación son los mejores caminos para el enriquecimiento rápido y están relacionados con el poder político", añadía el comunicado en el que se instaba a los responsables políticos a parar la construcción de viviendas pues no faltan casas sino distribuir las existentes".